DEAMBULAR NOCTURNO

in #writing7 years ago

Deambular nocturno.FB_IMG_1513047215088.jpg
Fue una noche tempestuosa, fría, vacía y obscura, fue de lo mas negra que jamas hombre alguno, pudo imaginarse que existiese.
Noche donde perdemos algo, y no somos conscientes de qué ni cuando, de esas que nunca creemos,
una noche Lúgubre, de sombras atormentadas y animas desencarnadas cual roja rosa marchita.
Salí a pasear pues bien no me encontraba, salí buscando la brisa sin saber a donde andaba.
Al darme cuenta que en campo santo ya estaba, quise visitar su morada, morada en la que días antes despedí lo único que mi ser anhelaba.
Escuché gritar a las animas y llorar a las estrellas, soñar a un espanto y sollozar a la luna, oculta tras la obscuridad permanente de mi alma.
Quise gritar, más nadie me escucho,susurrar al silencio callando tu nombre y nadie pudo oír tal reclamo, pues vacía mi voz quedaba, cuan de pronto vi!, o mejor dicho creí ver!,
Agazapado, tras una vieja lápida de negra piedra basáltica, mas negra que la noche profunda, tan negra como el plumaje de un ave de mal agüero, vi o creí ver!,
mas no lo imaginé seguro estoy!, una sombra que observaba, sombra que aun siendo negra relucía cual luna llena,
Sombra que me intuía y a su vez me atormentaba.
Alzó de repente su figura, alzo y petrificado quedo mi cuerpo,
vacío y callado quede un segundo, asustado no!, mas sí aterrado!.
Despareció y corrí aun sin ser consciente que en aquel instante algo dejaba, corrí presto sin camino fijo, pues el saber de aquel ser obscuro y frío, a cualquier alma aterraba.
Llegué y nadie abrió la cancela, toque mas nadie me escuchaba,
El jardín de rojas rosas vi marchito,
El mismo que horas antes bello era.
Grité! mas no me acorde de tu nombre, grité! mas nadie mi voz contestaba, esperé a que el negro cielo se iluminara, mas la noche nunca acabo.
Volvió a darme un vuelco el silencio y vi otra vez la sombra agazapada, alzó en la noche tempestuosa, alzó y su obscuridad aún brillaba cual lucero de la noche, dormida quedó
Mi inconsciencia, cuando por fin me di cuenta, que no era mas que un aviso, aviso que negro llegaba,
su rostro huesudo estaba, mas frío que el hielo era, y obscuro como tizón, tan negro como el negro ónix y reluciente como el oro mas puro aunque negra su túnica usaba,
Portaba en su mano una guadaña y su voz me despertó, en aquel momento abrí los ojos, mas yo triste lo entendí, que como ya dije al principio ,que aquello que al correr olvidé, no fue nada mas y nada menos, que el cuerpo que veinte años antes dejé.