Venía leyendo algo acerca de “Ana no
duerme”, tan concentrada que cómo en ocasiones
suele suceder te saludan y reaccionas pero
lentamente, era mi querida Lily, le grité que iba a
buscar un novio y caminé, divertida manera de
decir lo que iba a hacer en la calle cuándo mi
realidad estaba muy distante de ello. Entré al gym,
ya mis amigos habían terminado sus rutinas (era
tan obvio como que yo llegué demasiado tarde),
pero aún tenía minutos para un buen
entrenamiento y debía aprovecharlo. Así
transcurrió el tiempo entre sudor y esfuerzo. A
punto de cerrar el gimnasio, me detuve con la serie
de abdominales que hacía y me dispuse a regresar a
casa, caminando las cuadras restantes para llegar
a la parada de autobuses y correr con la suerte de
sentarme en un asiento libre de malos olores e
imbéciles que sólo clavan su mirada en mis
pantalones.
Sort: Trending