Memorias de tejer el destino.
La frescura del pensamiento está podrida.
Entonces no somos nada, solo sonando.
Primero descubro qué hay en la chica delante de mí, y cómo,
En todas partes gobierna la tacañería.
Y en el desierto y donde está el diluvio.
Hay diferentes personas en el mundo.
Al instante disolver nuestra vista.
Pero es más difícil saber que se acobardó...
Hasta que no nos quedemos dormidos, espero que no sea así.
Flotará en la nube, jugueteará, se ahogará,
Para mi será el regalo más grande.
En casa hay al menos tres de nosotros viviendo...
La forma en que nuestra respuesta de Dios da
Y asperja nuestro planeta.
Cucarachas arrastrándose por las paredes.
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De eso se trata precisamente, tu tampoco me conoces.