Había una vez, una estrella que estaba muy triste, la razón era, que nadie la observaba. Cuando lo hacían, inmediatamente retiraban la mirada como si de algo asqueroso se tratase. Se pasó gran parte de su tiempo intentando hallar la razón de su desgracia. «¿Acaso es porqué soy muy pequeña, y no se me nota?» Al instante descartó esa posibilidad. «¿Tal vez no soy lo suficientemente brillante? ¿No soy lo suficientemente hermosa como las demás?» La estrella, al borde de la crisis, decidió por ella misma que su existencia no era necesaria, y que le haría un gran favor a todos sí desaparecía. Entonces en algún momento cuándo nadie se lo esperase, explotaría.
Fin.
El nombre de esa estrella, es Sol.