Hay una frase que dice, es mejor caer en las drogas que en la palabra. Te condenan, encadenan, te encierran, somos esclavo de lo que decimos. Ese ciclo es importante, me gusta la parte de la conciencia, a través de ello reconoces que está mal y tomas acción para cambiar, mejorar tus palabras, pensarlas bien antes de hablar.
Por otra parte el final, cuando te refieres a estudiar nuestra pisque, muy cierto, saber que realmente nos afecta, porque siempre diría que es inevitable que alguien salga afectado con nuestras palabras, ya sea por susceptibilidad, o nuestra culpa completamente. No podemos detener ni ocultar la verdad, "la verdad duele", si podríamos decirlas con suavidad, parsimonia y diplomacia. Entonces habría que equilibrar, comparar, y separar las cosas.
No limitar nuestra libertad de expresión, pero saberla filtrar de modo que mayormente sea positivo, sin querer lastimar a nadie, una crítica constructiva.
Cuando se trata de emocionalidad, es algo como automático de nosotros, que no podemos frenar ni cambiar, pero si saber dirigir, ya es la experiencia y una adecuada orientación para no caer esclavo de nuestros impulsos.