Espistemes y mundos –de-vida. Periplos. Revista de Arte y Literatura. Nº 5

in #equipocardumen6 years ago (edited)

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Epistemes y mundos-de-vida / @irvinc

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Estimado lectores, a continuación les presento algunas reflexiones sobre la importancia de revisar los fundamentos que soportan nuestro modo de pensar. Por las limitaciones que impone un espacio como este, solo esbozaré a grandes rasgos el problema en cuestión. Este breve texto constituye mi aporte para el quinto número de Periplos, Revista de Arte y Literatura, editada por @EquipoCardumen.

Epistemes y mundos-de-vida


Como todos los años la maestra Rosa asiste puntual a su primer día de clases. Recibe a los alumnos, les da la bienvenida e inicia su jornada con una actividad rompe hielo. Al azar les pregunta a los niños cuántas personas viven en su casa. El primer niño contesta: “Maestra, en mi casa habemos cuatro”. El segundo: “Mae, en mi casa habemos seis.” El tercero: “Seño, en mi casa habemos tres.”

Lo primero que viene a la cabeza de la maestra Rosa es la consulta que ha hecho, innumerables veces, en el Diccionario de Dudas del Español donde, entre otras cosas, se señala lo siguiente:

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También debe evitarse en el habla culta el uso de habemos con el sentido de ‘somos o estamos’, puesto que el verbo haber, cuando se emplea para denotar la presencia o existencia de personas o cosas, es impersonal y, como tal, se usa solo en tercera persona del singular: Hay pocos solteros en el pueblo; Había tres personas en la habitación. Por lo tanto, si quien habla desea incluirse en la referencia, no debe emplear el verbo haber en primera persona del plural, como se hace a veces en el habla popular, recurriendo, para el presente de indicativo, a la forma habemos: Habemos pocos solteros en el pueblo, Habemos tres personas en la habitación; debe decirse Somos pocos solteros en el pueblo, Estamos tres personas en la habitación.

Mucho tiempo y empeño ha dedicado la maestra Rosa en tratar de hacer que sus alumnos acepten que la forma correcta, en vez de 'habemos', es 'estar' o 'somos'. Pero ni modo, no hay manera, ellos son refractarios a esa corrección. Ante esa negativa, la maestra Rosa acepta, con resignación e indignación, que sus alumnos no están interesados en acceder al habla culta, sino en quedarse atascados en su cotidiano lenguaje “vulgar”.

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Otra mirada un poco menos ingenua, quizás más armada de sospechas, pudiera encontrar en ese uso reiterado del 'habemos' una pista para indagar sobre la posibilidad de estar en presencia de una racionalidad distinta. Un modo de pensar ─otro─ en el que una determinada palabra, en este caso el 'habemos', no fuese producto de una transgresión a la norma gramatical o sintáctica, sino que estuviese plenamente justificada por ser la expresión genuina de un fondo epistémico distinto. En tales circunstancias, el uso de cualquier vocablo cobraría plena significación en el marco de un determinado horizonte de sentido. Veamos.

Todos los seres humanos tienen que habérselas con la realidad en diferentes momentos y con diferentes circunstancias. La vida se va creando, de a poco, en una sumatoria de múltiples instantes encadenados en un proceso de construcción permanente. Día a día se produce y reproduce la vivencia de una manera dinámica y novedosa. No es fácil dar con la palabra adecuada para conectarnos con la idea de ese cambio permanente. Por ello me voy a valer de un neologismo que me pone en el centro de esa dinámica: “practicación”.

La practicación sistemática y continua de la vida, en una comunidad de sujetos, va formando un mundo-de-vida (A. Moreno). Es allí, en ese mundo-de-vida, en esa practicación permanente del vivir, donde se van generando las huellas para la representación de las ideas; es lo que Moreno llama la episteme.

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La episteme vendría a ser el marco general de formación de las ideas, es la fuente desde donde surge el horizonte cognoscitivo, a partir del cual cobran sentido las diferentes representaciones de la realidad. Cada sujeto piensa y es pensado de acuerdo con un conjunto de reglas ─amplias, generales, que actúan como un cauce─ de la episteme de un mundo-de-vida determinado.

Autores como Foucault y Moreno nos hablan de diferentes epistemes a lo largo de la historia. Es aceptado nombrar a nuestro tiempo como el de la episteme de la Modernidad.

El sujeto formado en la episteme de la Modernidad tiene una manera muy particular de entender la realidad. Su pensamiento se ha delineado de acuerdo con unas reglas generadas en su practicación del vivir, en su modo de relacionarse con el mundo. En los discursos producidos por esta matriz cultural circulan, de modo subterráneo, la mayoría de estas reglas. Hoy, con las herramientas de la interpretación hermenéutica, es posible poner al descubierto los fundamentos de este modo de pensar “moderno”.

Entre las reglas que rigen el pensamiento de la Modernidad una de las más importantes es la de la separación por individuos. A partir de esta base de la individuación se avanza en la generación de otras ideas marco como las taxonomías, el ordenamiento, el análisis, la disyunción.

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La cabeza hecha al modo moderno va avanzando en la construcción del conocimiento iluminando todo el camino con la luz que le ofrecen esas huellas para la representación.

Pero así como aceptamos la existencia de una matriz de conocimiento “moderna”, también es perfectamente pensable que otros sujetos, con otras prácticas de vida, formados en otras realidades socioculturales distintas, tengan otras reglas de conocimiento que puedan diferir con las que ha desarrollado esta episteme “moderna”. A fin de cuentas el epicentro de la episteme “moderna” se situó en la Europa Occidental. Es verdad que a partir de allí se ha expandido casi que a escala planetaria. Sin embargo, es arriesgado llegar a la conclusión de que todas las culturas que hoy conviven han sido “aplanadas” por la manera de pensar de la Modernidad.

En Venezuela, desde hace un poco más de treinta años, una comunidad de investigadores del Centro de Investigaciones Populares (CIP), con sede en las ciudades de Caracas, Maracay y Valencia, se ha dedicado al estudio de las historias de vida de sujetos pertenecientes al mundo popular venezolano. Como resultado de esas investigaciones han llegado a la conclusión de que en Venezuela coexisten por lo menos dos mundos-de-vida: el “Moderno” y el “Popular”.

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El mundo-de-vida popular tiene una especificidad que lo distingue de modo esencial. Su matriz de pensamiento se mueve en los cauces de la relacionalidad. A partir de esa huella para la representación se ha constituido su matriz epistémica. Para el sujeto popular lo pensable se da dentro de este marco de referencia. Toda la vida se entiende como relación. A partir de allí produce una interpretación del mundo en la que los sujetos no se pueden pensar si no es en el marco de una trama alimentada permanentemente por una vivencia matrirrelacional.

Esta es la razón de la gran dificultad que tienen los alumnos de la maestra Rosa para poder asumir lo que plantean las normas de la RAE: “También debe evitarse en el habla culta el uso de habemos con el sentido de ‘somos o estamos’, puesto que el verbo haber, cuando se emplea para denotar la presencia o existencia de personas o cosas, es impersonal y, como tal, se usa solo en tercera persona del singular”.

Para esos niños la norma gramatical choca con la regla de pensamiento esencial de su cultura de origen. La gran dificultad de ellos está en la casi imposibilidad que tienen de poderse pensar de modo impersonal. Esa es la barrera contra la que se ha estrellado una y otra vez la maestra Rosa en su loable empeño de enmendar lo que para ella pudiera considerarse un barbarismo.

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Es probable que la maestra Rosa nunca llegue a percibir algo más que la simple terquedad de sus alumnos; la episteme funciona de ese modo, no nos da mucho chance de pensar más allá de sus límites. Esos niños no son brutos o faltos de entendimiento, simplemente se mueven en un horizonte de sentido donde las palabras tienen otras connotaciones. Sé que no es fácil plantearse estas cosas, pero la realidad es una gran telaraña de complejidades, esquiva a ser descifrada plenamente.

Teniendo en cuenta lo que he planteado sobre la posible coexistencia de distintas epistemes en la misma situación histórica, parece necesario dejar a un lado cualquier seguridad otorgada por las legitimaciones académicas. No se trata de dar un salto al vacío en las peligrosas aguas del anarquismo epistemológico, no. Abogo por mantener la prudencia, por no dejarse llevar por pretensiones de superioridad, sobre todo cuando estemos en presencia de sujetos que pueden tener una forma de ser/pensar más allá de nuestra comprensión. Una postura prudente nos llevaría a ser menos severos a la hora de juzgar y nos abrirá el camino para poder entrar en comunicación con el Otro. ¿Podremos entender a los alumnos de la maestra Rosa?

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Gracias por su tiempo.

Referencias:
- Diccionario Panhispánico de Dudas (2005). [Libro en línea].Disponible
- Foucault, Michel (1966). Las palabras y las cosas. [Libro en línea].Disponible
- Moreno, Alejandro (2008). El aro y la trama. Edición internacional, United States of America.

Las fotos y la edición digital son de mi autoría.


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*@irvinc (Irvin Colmenares). Profesor de Geografía y Ciencias Sociales. Magíster en Educación Superior. Profesor jubilado. Actualmente mantiene actividad académica en la UNESR, Maracay. Profesor de diferentes asignaturas en las áreas de formación socio filosófica de las carreras de Educación Integral e Inicial. Miembro del Centro de Investigaciones Populares (CIP).

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Saludos, @irvinc.
Bienvenido a la familia de @equipocardumen. Agradecemos tu contribución a este número 5 de #Periplos.

Muy interesante tu artículo. Voy a pecar de polémico acotando algunas líneas y lo hago movido visceralmente por el contacto de la calle que cada vez se ha vuelto más hostil, esa es mi evidencia empírica, aunque no articulada en términos científicos y, obviamente, sujeta a interrogación y revisión.

Creo que las razones por las cuales algunos verbos son usados o conjugados mal es porque son irregulares (eso los hace difícil para todos). La corrección va a darse en la casa y a reforzarse en la escuela. Ahí el factor socio económico va a jugar un papel importante porque en los círculos de estratos (en otros tiempos hablaríamos de superiores) con más recursos, cabe la posibilidad de que esa corrección se dé de forma más reiterativa hasta erradicar el "error".

Por el contrario en los estratos menos favorecidos, tanto casa como escuela suelen faltar a su labor "correctiva" y se fosiliza el "error" hasta que el individuo, por decisión consciente decide o no hacer algo al respecto.

A partir de allí produce una interpretación del mundo en la que los sujetos no se pueden pensar si no es en el marco de una trama alimentada permanentemente por una vivencia matrirrelacional.

No sé hasta qué punto esa trama en torno a la madre (si entendí bien el término) influya de manera determinante. El pensarse en comunidad, en inclusión, debería estar acompañado de otras conductas igualmente loables, lo cual yo no estoy seguro que sea el caso en nuestra Venezuela de hoy.

la realidad es una gran telaraña de complejidades, esquiva a ser descifrada plenamente.

En eso estoy plenamente de acuerdo y, precisamente por las contradicciones de los grupos culturales a los que a veces se les atribuyen ciertas virtudes o defectos, es que se dificulta asumir cualquier postura concluyente.

no dejarse llevar por pretensiones de superioridad, sobre todo cuando estemos en presencia de sujetos que pueden tener una forma de ser/pensar más allá de nuestra comprensión.

Yo creo que si lo limitamos a los lingüístico, obviamente el complejo de superioridad por parte de aquellos que "hablan bien" (pero piensan mal) o de inferioridad, por parte de aquellos que "hablan mal" (y suelen pensar igual de mal en relación a los "sifrinos") siempre va a estar presente. Los que "hablan mal", a quienes el bullying los ha hecho muy conscientes de su "handicap" social, al punto que a veces para sobrecompensar hablan "pior" a propósito, pueden optar por jactarse de "ser del barrio" y alardear que lo que les falte en buen hablar les sobra en bravata, o asumen su lenguaje como algo que debe acercarse al estándar para evitar más discriminación (entendiendo que las apariencias si no engañan por lo menos ayudan).

Obviamente está mal que alguien se crea superior por el solo factor lingüístico. Sobran los casos de gente muy "bien hablada" que son despreciables seres humanos, y de gente humilde, de hablar tosco y "marginal", con valores y virtudes envidiables. El problema se agrava cuando el "mal hablar" va acompañado de mal actuar, lo cual en esta Venezuela de hoy, con el agrandamiento de la brecha soco-económica y el empobrecimiento de la educación pública, especialmente en los centros rurales y urbanos más desposeídos, se ha vuelto la regla y no la excepción.

En todo caso, el respeto por las diferencias culturales, siendo el habla una de ellas, suele chocar con las esdandarizaciones que los grupos sociales establecen como parte de las normas de convivencia e inclusión.

En Steemit se ve marcadamente cuando se insiste, por ejemplo, en la ortografía, la gramática, los signos, todos bien usados, como marcadores de calidad para un post. Yo, que soy más descuida'o que el carrizo con esos detalles, y que me encanta recurrir al habla común, he sufrido bastante cada vez que publico.

Gracias, @Irvinc, por tu colaboración a nuestra querida Periplos, y por ende a @equipocardumen. Este es un excelente post. Me encantó ese neologismo que inventaste. Suerte, amigo, y nuevamente toda mi gratitud.

Estimado, Irvin:
Ya has tratado de explicarme esto alguna otra vez. Pero admito que soy de los que les cuesta visualizar alguna noción oculta en el empleo de ese habemos. Soy demasiado moderno tal vez.
A pesar de esta limitación particular mía, me ha resultado muy grata e instructiva la lectura de tu texto.

Buena manera de acercarnos a la reflexión sobre la incidencia de las particularidades socioculturales en las maneras de pensar, @irvinc. Me uno a tu llamado a considerar ese elemento en las relaciones humanas; no hay una sola manera de conocer en el mundo. Acercarse a ello con respeto y alegría (¿cuántos mundos querríamos conocer?) debería ser materia de formación para docentes.

Que material lleno de calidad, felicito a @irvinc al darnos un mejor entendimiento sobre relación-comunicación. Bravo!

Como siempre destacándote con tus post. Te cuento que mi segundo post de Steemit fue sobre esto, la incorrecta conjugación del verbo haber. La verdad me agrada tu historia y la considero optimista porque la mayoría de maestras que conozco incurren en esta falta. Yo en la universidad insisto mucho en esto, pero a veces como la maestra Rosa, siento que es una guerra perdida (aunque es peor cuando dicen "haiga", jeje). También coincido con tu reflexión final, no está bien juzgar por falta de conocimiento o por mala pronunciación, a la final ¿quiénes somos para creer que supérfluas acreditaciones nos hacen mejores que otros. En realidad mientras más estudiamos, más comprendemos lo mucho que nos falta por aprender y lo inocentes que son nuestros estudiantes ante un sistema educativo que aún no halla la manera de abordar a las nuevas generaciones.

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