La identidad cultural y “El Indio de Cumaná” / @siomarasalmeron*
¡Hola! Al fin tengo la oportunidad de colaborar con la Revista Periplos, de Arte y Literatura, del @equipocardumen, a la que vi nacer y con la que pude contribuir un poco antes de empezar a ser publicada. Este texto, que hice para esta edición, quise que fuera algo muy especial, y aproveché que recientemente tuve contacto con cierta información que me motivó muchísimo. Fundamentalmente decidí que escribir sobre este tema les permitiría a ustedes ponerse en contacto un poco con mi mundo creativo y la hermosa cultura de la ciudad y región donde vivo en Venezuela. Espero que les guste.
La identidad cultural y “El Indio de Cumaná”
Aún siendo una persona joven, sé que hubo en Cumaná, en donde se encuentra actualmente el elevado “Antonio José de Sucre”, una redoma con una escultura que recibía a los visitantes en la que llegó a ser alguna vez la entrada a Cumaná. Es “El Indio de Cumaná”, una figura hecha en piedra artificial, modelada en arcilla, por el artista Giuseppe Pizzo, en el año 1955. Fue la figura central de la “Fuente Alegórica a la Entrada de Cumaná”.
En conjunto con otras piezas se conformaba la obra completa de esta fuente, inaugurada en el marco de la celebración del III Aniversario del Gobierno del General Marcos Pérez Jiménez en 1957, como indican algunos pocos textos.
"El Indio de Cumaná" representa la hospitalidad con que el pueblo cumanés recibe a quienes vienen a visitarnos.
La cultura popular
En mi investigación en internet −que no es quizás el medio idóneo para consultar datos de naturaleza tan popular−, hallé varias fechas que hacen referencia al origen de esta pieza del patrimonio cultural local. Una de ellas está citada por el cronista cumanés Arquímedes Román, quien indica la fecha de los actos conmemorativos en que fue inaugurada. Sus Notas Historiales de Sucre, según Jorge Peña, señalan que “El Indio” se instaura e inaugura el 2 de diciembre de 1957, y dice también que sirvió de modelo Candelario Rodríguez Allen (1930), conocido como ‘el Polaco’.
–¿Cuánto puede haber tardado el artista, de origen italiano, en culminar esta obra?
La biografía del escultor de este emblema local, publicada en el Diccionario Biográfico de las Artes Visuales de Venezuela, indica que fue realizada en 1955. La fuente online que yo he consultado aporta algunos datos técnicos, como las proporciones de polvo de mármol y cemento (3:2), a partir de las cuales se obtuvo la mezcla de la que está hecho el trabajo.
Decido compartir con ustedes acerca de este icono cultural cumanés porque basa una hipótesis casual, surgida de varios pensamientos accidentales que tuve, todos ellos relacionados con el proceso de composición musical que llevo a cabo desde hace unos tres años.
Quiero acotar que he aprendido, a través de esta maravillosa experiencia creativa, que la expresión artística emplea como medio, además de la disciplina misma que el artista disponga, las formas particulares en que ella se presenta. Es decir que, por ejemplo, los elementos que integran el sonido de lo tradicional tienen su fundamento en una intencionalidad que da razón a sus características. Para el caso, son la estructura armónica y rítmica, y la forma lingüística y lírica que la definen.
Desde hace mucho que decidí empezar a explorar qué hay tras el surgimiento de un tema musical, y por eso sé que no se le da vida a una canción de un soplo. Lo que descubres en el camino es que hay un hermoso vínculo entre un mensaje y quien lo escucha.
Cuestión de identidad
Llegó a mí hace casi dos meses un libro llamado Manual de Folklore Venezolano (1957), que he empezado a leer. En él, Isabel Aretz afirma que la creación folklórica tiene asiento en la consciencia popular. Dice que una pieza musical se vuelve tradicional cuando penetra en el corazón del pueblo.
–Y yo que quiero saber cómo se hace eso…
Según Aretz, se vuelve folklore una manifestación que el pueblo puede acoger por suficiente tiempo, durante el cual la misma experimenta adaptaciones hasta que el colectivo la integra y pasa así a formar parte de la tradición. Este proceso se da bajo determinadas condiciones, y es que el folklore es un gran conjunto; toda la información que lo compone reside en la identidad de la gente y esencialmente ha sido transmitida a través de las generaciones de manera oral.
El folklore es la base de la identidad de los gentilicios, y vive −así como se ha hallado que tiene origen−, ampliamente, dentro de contextos rurales. Son los conocimientos y costumbres que se perpetúan en el saber popular más allá del paso del tiempo y los cambios que él trae, donde todo ese cúmulo de conocimiento empírico permite la subsistencia de estas sociedades.
Una manifestación folklórica puede tener sentido espiritual o práctico. Es por eso que los elementos en ella pueden provenir tanto de fuentes externas como ser autóctonos, pero siempre son reinterpretados por la gente según los usos y las necesidades que vayan apareciendo. Al pertenecer a un lugar no puede confundírseles con las de otro lado, aunque puede presumirse que tengan el mismo origen, o que venga uno del otro.
La tradición puede sufrir transformaciones, pero surge de los patrones más arraigados, que son repetidos con pequeñas variaciones asociadas a los estilos de los creadores.
El sujeto y la tradición
Decía que no se entra en el corazón de la identidad popular simplemente más que desde su centro. Los cambios que trae la modernidad se reflejan en la vida de las grandes ciudades, donde la dinámica es cambiante, y hay mucho que llega y se va. Es así como Aretz explica que puede encontrarse algo del folklore en la urbe, y se le diferencia de la manifestación popular porque la urbana está sujeta a la moda, mientras que la folklórica siempre existirá, debido a que ella dice algo sobre quiénes somos y nuestros orígenes.
Se dice que Cumaná fue la primera ciudad del continente americano en recibir a los colonizadores; es por eso que la llaman "Primogénita". Lo que ese hecho dice es que, como primer asentamiento, con el crecimiento se extendieron desde aquí, y fusionaron, las distintas corrientes demográficas, de modo que aunque seamos una ciudad, capital del estado Sucre, mucha de la identidad folklórica de la región sigue surgiendo aún de aquí mismo.
El hecho folklórico
He estado intentando hacer una síntesis de toda esta teoría porque es necesario asumir la importancia de reconocer el valor y la esencia de la identidad social. El folklore siempre está vigente.
Veo que esta dinámica ocurre en el entorno. Como artista, entonces, me permito la subjetividad, y de ella el cuestionamiento: ¿qué manifestaciones culturales permanecen más allá de los cambios? La influencia mediática modifica nuestras conductas y visión del mundo, aquí y en las grandes metrópolis, en gran medida. A través de una canción tradicional podemos tener idea de cómo se tomaba el amor en alguna época antigua, o de cómo se concibe aún hoy en algunos estratos que conservan aquellos modos y costumbres. ¿Podemos predecir, sabiendo todo esto, si una obra caducará o perdurará en la consciencia popular?
Por un lado, es posible que el apego de la gente hacia los acontecimientos de la acción común, haga de una pieza una manifestación que perdure en el alma popular. Si una canción hace referencia a un hecho histórico de suficiente importancia en la identidad de una localidad, con jocosidad y jerga coloquial, puede que perdure. La razón es el potencial de oralidad que tiene la música, que puede hacer que en ella la historia sea recordada. Les reitero lo dicho anteriormente, que la cualidad principal del folklore es que se transmita oralmente, y que su asiento sea la memoria.
Por el otro, el factor tecnológico, inherente a la vida citadina, hace que la radio sea la fuente de difusión principal de toda la obra musical, también la tradicional. Es tradicional, no necesariamente folklórica, una obra que parta de los patrones de los que hablamos al principio. Pero hoy y aquí, en la ciudad de Cumaná, ¿cómo sabemos que una obra necesitaría de la radio para ser transmitida? Además, ¿por qué evadirla −la radio, la tecnología− de todos modos? Ahora, que nos hemos convertido en ciudad, pero aún recibimos a los artistas folklóricos, quienes vienen desde sus poblados de origen, con sus piezas tradicionales que narran, entre otras cosas, fragmentos de la historia contemporánea desde la perspectiva y con el dialecto de un sujeto popular.
Más allá de las conclusiones
Todas estas ideas, que vienen de mi reflexión e interpretación de lo que veo, leo, y también de mi propia experiencia con esos mismos patrones que nos hacen identificar lo tradicional y repetirlo a nuestro modo, solo tendrían comprobación en la observación o si las llevase a cabo yo misma, que puede que sea una de mis fantasías profesionales.
Lo real es el sentimiento que encuentra la obra artística en las raíces y la tradición, porque puede llegar a tocarnos dentro con tanta profundidad que sea nuestra experiencia de ello lo que se perpetúe, como percepción. (Todos sabemos cómo el amor puede hacer que un instante parezca toda la vida). Ese ‘quedo’ temporal es el fundamento que responde a si una anécdota contemporánea de suficiente relevancia en la historia urbana de una localidad, contado a través de una pieza tradicional, es folklore local o lo será un día. Es en esta incertidumbre donde encontramos el motivo algunos de quienes nos creemos compositores.
Además de esta exposición de ideas que argumentan la belleza cultural de la hermosa ciudad de Cumaná, primera en Venezuela en abrir la Licenciatura en Historia, en la Universidad Experimental de las Artes, quiero terminar mostrándoles una pieza musical del artista oriental venezolano Willie Tango, que les habla del traslado realizado la obra escultórica referida hacia una nueva locación, que es hoy la nueva entrada a nuestra primogénita, hecho definitorio que trajo a los cumaneses muchos cambios y dificultades, como también aires de evolución y crecimiento.
”El Indio de Cumaná”, pieza musical del artista local Willie Tango – Fuente de Descarga
¿Es esta pieza musical tradicional
una manifestación local folklórica?
Como creación contemporánea tradicional
¿podría llegar un día a serlo?
Antigua “Fuente Alegórica a la Entrada de Cumaná” - Fuente
Referencias:
- Aretz, Isabel. (1957). Manual de folklore venezolano. Caracas: Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes.
- Diccionario Biográfico de las Artes Visuales en Venezuela. (2005). [Libro en línea] Disponible.
- Peña, Jorge (2007, Abril 01). El Indio de Cumaná o crónica de un abuso. Diario de Sucre [Periódico en línea] Disponible
*@siomarasalmeron (Siomara Salmerón Martínez). Cantante venezolana nacida en Cumaná, estado Sucre, en 1991. Aficionada a las artes y a la escritura. Actualmente cursando el trayecto inicial de la carrera de Música, mención Canto, en la Universidad Nacional Experimental de las Artes, Sucre.
Saludos, @siomarasalmeron. Felicitaciones por esta magnífica participación en nuestra revista #Periplos.
Justo ayer comentaba con alguien lo difícil que se nos hace resistir los cambios que nos han impuesto. Ponía como ejemplo, justamente El Indio. Yo llegué a Cumaná cuando todavía El Indio era, como dice la canción, la referencia obligada para ir a cualquier parte de la ciudad.
Tengo gratos recuerdos de esa redoma y durante años me resistí a referirme a esa zona como al elevado, mucho menos lo llamaría cerro maestre. Seguí hablando de El Indio hasta que ya no pude más. Se hacía absurda la referencia una estatua inexistente, más aún cuando el resto de las personas empezaron a adoptar el nuevo nombre.
La estatua no fue destruida pero su mudanza de alguna manera borró de nuestro imaginario colectivo ese aspecto folklórico que estaba antes tan presente.
Celebro que gente jóven, como tu, sienta esa necesidad de preservar nuestra memoria colectiva y nuestros símbolos folklóricos locales.
De nuevo, felicitaciones por un excelente artículo.
Muchísimas gracias. Qué bonita apreciación. Realmente es un deber hacerlo. Me gustó que hayas usado la palabra imaginario. Desde el punto de vista creativo la identidad cultural me es ineludible, como referencia; aunque parezca muy obvia la implicación, creo que constantemente se me hace explícita en el entorno, en los contextos. Eso me gusta mucho, y le doy valor.
Este artículo es una travesura. Cualquier maestro folklorista leería esto como una cosa de muchacho(a), porque el folklore es una verdad muy bruta, y los cultores la preservan así. No se busca mucho, y creo que por eso no se encuentra, el folklore en el alma del pueblo moderno. Eso es en Venezuela. En otros países, de donde viene la palabra folklore, por ejemplo, ese vocablo se mantiene vivo. Es la semántica fuente de la palabra. Al final es eso. El sentido. Si el sentido del folklore es la gente, mientras haya gente no se puede perder el sentido. ¿Sí entiendes? Jaja... Es divertido.
Claro, te entiendo. Es fascinante. Una de las áreas que estudié en postgrado tenía que ver con estudios culturales y Folkloristics es parte de eso.
Toda la literatura infantil, otra de mis áreas de interés, tiene su origen en el folklore de los pueblos que la produce o en el folklore tomado prestado de otros pueblos.
En otros países, de donde viene la palabra folklore, por ejemplo, ese vocablo se mantiene vivo.
No se hasta que punto sea cierto esto. El término lo acuñó un inglés (William John Thoms) alrededor de 1846; lo concibió como un término compuestp Folk-lore (saber de la gente, sabiduría popular), pero a la fecha creo que la modernidad ha hecho que estas culturas segreguen el término al baúl de lo antiguo y hasta fantástico (obviamente, esta tendencia es más marcada en las zonas urbanas).
Cuando estudiaba en Estados Unidos realicé un estudio comparativo en torno a la percepción de lo folklórico y en su mayoría los escuestados americanos lo concebían como algo del pasado, asociado con lo mitológico.
Los venezolanos, por su parte, como tu misma lo acotas, lo definieron como parte de nuestro día a día; es decir, folklore es cultura viva.
Esa postura coincide con la definición académica:
La palabra folklore denota formas expresivas, procesos y conductas (1) que usualmente aprendemos, enseñamos, utilizamos o mostramos durante interacción cara a cara y (2) que consideramos ser tradicionales (a) porque están basadas en precedentes o modelos conocidos y (b) porque sirven de evidencia de continuidades y consistencias en tiempo y espacio en el conocimiento, pensamiento, creencias y sentimientos humanos.
(Tomado de Folkloristics, de Roberta Georges y Michael Jones)
Yo también espero que los cambios que ocurran a futuro (espero sea pronto) reviertan este falso regreso a las raices que nos vendieron y tengamos una verdadera valoración de lo folklórico en toda su extensión, sin los vicios ideológicos de turno.
Bueno, Dios vive en la gente... A esa clase de vida me refiero. Como yo lo veo, lo mitológico está estrechamente relacionado con lo vivo, porque está ligado al instinto de creación de la gente, a la creencia.
El Espíritu del pueblo (en alemán, Volksgeist) o Espíritu nacional es un concepto propio del nacionalismo romántico, que consiste en atribuir a cada nación unos rasgos comunes e inmutables a lo largo de la historia.
(...) el origen del concepto de Volksgeist nace con el prerromanticismo alemán.
Si se tratara de resumir yo diría que este dilema (falso, para mí, conveniente al uso político por otra parte) entre lo tradicional y lo moderno se resuelve con la formula: Mantener la memoria, abrirse al futuro. La tradición debe alimentarse de las innovaciones so riesgo de desaparecer para siempre. La cultura es, en esencia, cambio. Si no fuese así viviríamos todavía en las cavernas.
*La palabra Folklore proviene del alemán, tiene la misma raíz que el Volkswagen... Volk: pueblo. (a "v" en alemán se pronuncia como "f")
cariños, @hlezama, @siomarasalmeron.
Saludo este post, @siomarasalmeron, hecho con muchas ganas y pensado para promover el reconocimiento, en sentido etimológico: re-conocimiento y en la acepción de aceptación que tiene la palabra, de las raíces culturales de nuestra población.
Emocionan las hermosas imágenes de la zona y el intento de buscar inspiración en lo folclórico buscando, tal vez, perdurar al trascender a lo considerado tradicional.
Se abriría una interesante discusión sobre la pregunta sobre si esas características (folclórico, tradicional, popular, etc.) o rangos de productos culturales deberían internalizarse como elementos de la identidad. Y sería muy diferente el fluido de esa discusión si se tratare de la busqueda de una imagen cultural, societal, comunitaria, grupal (algunas de estas palabras han perdido el sentido en los ultimos años)o si se tratase del logro de una identidad personal, o de una artística.
Como socióloga estoy en desacuerdo con las clasificaciones de la cultura en las que, por ejemplo, se discrimina entre cultura popular y... ¿cultura de élites? Esa sería otro cause para conversar sobre estos temas tan necesarios y sobre los cuales hay cierto desconocimiento de las nuevas visiones teóricas.
Bueno, creo que la parte de la antropología que estudia la tradición hace clasificaciones de ese tipo con carácter muy objetivo. Es decir, las palabras y sus uso son de la propia gente. Los estudiosos del folklore no son quienes lo difunden ni lo hacen, solo lo analizan, lo sistematizan, interpretan. Yo no me lo tomo personal.
Sobre la identidad, como hay implícito en ese concepto lo social, porque son parte de nuestra identidad nuestras respuestas, ante determinadas cosas, que son variadas dentro de una misma sociedad y que naturalmente pueden diferir de las de otras. En ese sentido la antropología cultural entiende que los conjuntos sociales cambian. Yo misma lo he visto, pero me encuentro a mí misma vinculada a lo que hace años nos definía, y entiendo que no todos esos cambios se dan en degrade de la tradición. Yo, la persona y la artista, como reflejo de esta sociedad, uno, un solo reflejo de todo un conjunto, me formo al tiempo que la sociedad lo hace también, individualmente como sabemos que lo hacemos, y que también volcamos hacia lo colectivo; así la identidad es hacia adentro y hacia afuera. No lo planteo desde ningún foco, excepto el espacial, que es Cumaná, Sucre, el oriente venezolano. El factor temporal es bonito que la cultura lo moldea, pues.
¡Felicidades! Esta publicación obtuvo upvote y fue compartido por @la-colmena, un proyecto de Curación Manual para la comunidad hispana de Steemit que cuenta con el respaldo de @curie.
Si te gusta el trabajo que hacemos, te invitamos a darle tu voto a este comentario y a votar como testigo por Curie.
Si quieres saber más sobre nuestro proyecto, acompáñanos en Discord: La Colmena.
¡Qué bueno! Agradezco mucho su apoyo. Siento mucho cariño por la cultura local y realmente me gustó mucho escribir este ensayo. Me da mucha alegría que hayan podido echarle un ojo y les haya parecido que merecía su valoración. Respeto mucho su comunidad. ¡Saludos!
Saludos, @siomarasalmeron. Felicitaciones por esta magnífica participación en nuestra revista #Periplos.
Justo ayer comentaba con alguien lo difícil que se nos hace resistir los cambios que nos han impuesto. Ponía como ejemplo, justamente El Indio. Yo llegué a Cumaná cuando todavía El Indio era, como dice la canción, la referencia obligada para ir a cualquier parte de la ciudad.
Tengo gratos recuerdos de esa redoma y durante años me resistí a referirme a esa zona como al elevado, mucho menos lo llamaría cerro maestre. Seguí hablando de El Indio hasta que ya no pude más. Se hacía absurda la referencia una estatua inexistente, más aún cuando el resto de las personas empezaron a adoptar el nuevo nombre.
La estatua no fue destruida pero su mudanza de alguna manera borró de nuestro imaginario colectivo ese aspecto folklórico que estaba antes tan presente.
Celebro que gente jóven, como tu, sienta esa necesidad de preservar nuestra memoria colectiva y nuestros símbolos folklóricos locales.
De nuevo, felicitaciones por un excelente artículo.
Muchísimas gracias. Qué bonita apreciación. Realmente es un deber hacerlo. Me gustó que hayas usado la palabra imaginario. Desde el punto de vista creativo la identidad cultural me es ineludible, como referencia; aunque parezca muy obvia la implicación, creo que constantemente se me hace explícita en el entorno, en los contextos. Eso me gusta mucho, y le doy valor.
Este artículo es una travesura. Cualquier maestro folklorista leería esto como una cosa de muchacho(a), porque el folklore es una verdad muy bruta, y los cultores la preservan así. No se busca mucho, y creo que por eso no se encuentra, el folklore en el alma del pueblo moderno. Eso es en Venezuela. En otros países, de donde viene la palabra folklore, por ejemplo, ese vocablo se mantiene vivo. Es la semántica fuente de la palabra. Al final es eso. El sentido. Si el sentido del folklore es la gente, mientras haya gente no se puede perder el sentido. ¿Sí entiendes? Jaja... Es divertido.
En fin. Saludos, @hlezama.
Tengo fe en que los cambios revivirán esa esencia...
Claro, te entiendo. Es fascinante. Una de las áreas que estudié en postgrado tenía que ver con estudios culturales y Folkloristics es parte de eso.
Toda la literatura infantil, otra de mis áreas de interés, tiene su origen en el folklore de los pueblos que la produce o en el folklore tomado prestado de otros pueblos.
No se hasta que punto sea cierto esto. El término lo acuñó un inglés (William John Thoms) alrededor de 1846; lo concibió como un término compuestp Folk-lore (saber de la gente, sabiduría popular), pero a la fecha creo que la modernidad ha hecho que estas culturas segreguen el término al baúl de lo antiguo y hasta fantástico (obviamente, esta tendencia es más marcada en las zonas urbanas).
Cuando estudiaba en Estados Unidos realicé un estudio comparativo en torno a la percepción de lo folklórico y en su mayoría los escuestados americanos lo concebían como algo del pasado, asociado con lo mitológico.
Los venezolanos, por su parte, como tu misma lo acotas, lo definieron como parte de nuestro día a día; es decir, folklore es cultura viva.
Esa postura coincide con la definición académica:
(Tomado de Folkloristics, de Roberta Georges y Michael Jones)
Yo también espero que los cambios que ocurran a futuro (espero sea pronto) reviertan este falso regreso a las raices que nos vendieron y tengamos una verdadera valoración de lo folklórico en toda su extensión, sin los vicios ideológicos de turno.
Bueno, Dios vive en la gente... A esa clase de vida me refiero. Como yo lo veo, lo mitológico está estrechamente relacionado con lo vivo, porque está ligado al instinto de creación de la gente, a la creencia.
Es pasado, pero el pasado está aquí, yo creo.
En fin... Saludos. Gracias por este intercambio.
Si se tratara de resumir yo diría que este dilema (falso, para mí, conveniente al uso político por otra parte) entre lo tradicional y lo moderno se resuelve con la formula: Mantener la memoria, abrirse al futuro. La tradición debe alimentarse de las innovaciones so riesgo de desaparecer para siempre. La cultura es, en esencia, cambio. Si no fuese así viviríamos todavía en las cavernas.
*La palabra Folklore proviene del alemán, tiene la misma raíz que el Volkswagen... Volk: pueblo. (a "v" en alemán se pronuncia como "f")
cariños, @hlezama, @siomarasalmeron.
Saludo este post, @siomarasalmeron, hecho con muchas ganas y pensado para promover el reconocimiento, en sentido etimológico: re-conocimiento y en la acepción de aceptación que tiene la palabra, de las raíces culturales de nuestra población.
Emocionan las hermosas imágenes de la zona y el intento de buscar inspiración en lo folclórico buscando, tal vez, perdurar al trascender a lo considerado tradicional.
Se abriría una interesante discusión sobre la pregunta sobre si esas características (folclórico, tradicional, popular, etc.) o rangos de productos culturales deberían internalizarse como elementos de la identidad. Y sería muy diferente el fluido de esa discusión si se tratare de la busqueda de una imagen cultural, societal, comunitaria, grupal (algunas de estas palabras han perdido el sentido en los ultimos años)o si se tratase del logro de una identidad personal, o de una artística.
Como socióloga estoy en desacuerdo con las clasificaciones de la cultura en las que, por ejemplo, se discrimina entre cultura popular y... ¿cultura de élites? Esa sería otro cause para conversar sobre estos temas tan necesarios y sobre los cuales hay cierto desconocimiento de las nuevas visiones teóricas.
Bueno, creo que la parte de la antropología que estudia la tradición hace clasificaciones de ese tipo con carácter muy objetivo. Es decir, las palabras y sus uso son de la propia gente. Los estudiosos del folklore no son quienes lo difunden ni lo hacen, solo lo analizan, lo sistematizan, interpretan. Yo no me lo tomo personal.
Sobre la identidad, como hay implícito en ese concepto lo social, porque son parte de nuestra identidad nuestras respuestas, ante determinadas cosas, que son variadas dentro de una misma sociedad y que naturalmente pueden diferir de las de otras. En ese sentido la antropología cultural entiende que los conjuntos sociales cambian. Yo misma lo he visto, pero me encuentro a mí misma vinculada a lo que hace años nos definía, y entiendo que no todos esos cambios se dan en degrade de la tradición. Yo, la persona y la artista, como reflejo de esta sociedad, uno, un solo reflejo de todo un conjunto, me formo al tiempo que la sociedad lo hace también, individualmente como sabemos que lo hacemos, y que también volcamos hacia lo colectivo; así la identidad es hacia adentro y hacia afuera. No lo planteo desde ningún foco, excepto el espacial, que es Cumaná, Sucre, el oriente venezolano. El factor temporal es bonito que la cultura lo moldea, pues.
Gracias por el intercambio, @gracielaacevedo.
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Muchas gracias, @c-squared. Me siento muy halagada de recibir su apoyo. Mucho éxito.
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¡Qué bueno! Agradezco mucho su apoyo. Siento mucho cariño por la cultura local y realmente me gustó mucho escribir este ensayo. Me da mucha alegría que hayan podido echarle un ojo y les haya parecido que merecía su valoración. Respeto mucho su comunidad. ¡Saludos!