La serpiente no mordió, ella es una víctima más de los que se apresuran a matarla por miedo, de quienes ponen en la forma su cabeza la decisión de si es venenosa o no, de quienes queman y matan cantidades de especies. En la historia prefirió dejar su piel sobre la almohada para salvar a la mujer, otra víctima más, de las injurias y demás lenguas viperinas: nada es como lo pintan.
Saludos cordiales.
Así van desapareciendo especies, el hombre se adelanta y le atribuye a los animales su propio carácter agresor. Destruye, usa, tira, pone en peligro el equilibrio del mundo del que cree es el rey. Gracias por ayudarme a comprender la historia.
Es terrible todo lo que ocurre tras ese tipo de práctica, que lamentablemente subdiste aun en medio de las ciudades.