Adiós a Cuba
Mi gente se ha ido en estampida. Entre el parol y los volcanes.
Se han ido. No están. Y es culpa del hambre, sí. Es culpa del hambre del estómago y del hambre de las ilusiones.
Mi gente se ha ido. Y yo tengo esa sensación de despedirlos para siempre en las fronteras. Y digo para siempre, porque luego no son los mismos.
Cambian. Evolucionan. Retroceden. No sé bien cómo decirlo.
La gente no es la misma una vez que salta el borde de la isla.
Y no los juzgo, porque para juzgarlos debería estar antes en sus pellejos, debería probar las mismas circunstancias que los transforman, debería estar en sus miedos, en los primeros impactos del “american dream” sobre sus estómagos y sus ilusiones.
Yo he aprendido a caminar junto a la tristeza dócil que ha causado la ausencia.
La tristeza dócil no te mata, pero te acompaña todo el rato con un paso aplastante, con un aliento de muerte. Es el luto.
El luto por los que se fueron y que regresarán algún día siendo otros.
Nunca los mismos.
Goodbye to Cuba
My people have stampeded. Between the parol and the volcanoes.
They left. They're not here. And it's hunger's fault, yes. It is the fault of the hunger of the stomach and the hunger of illusions.
My people are gone. And I have that feeling of saying goodbye to them forever at the borders. And I say forever, because then they are not the same.
They change. They evolve. They retreat. I don't know how to say it.
People are not the same once they jump over the edge of the island.
And I do not judge them, because to judge them I should first be in their skins, I should experience the same circumstances that transform them, I should be in their fears, in the first impacts of the “American dream” on their stomachs and their illusions.
I have learned to walk alongside the docile sadness that absence has caused.
Docile sadness does not kill you, but it accompanies you all the time with a crushing step, with a breath of death. It is mourning.
The mourning for those who left and who will return one day as others.
Never the same.
Las imagenes utilizadas en la publicación son de mi propiedad tomadas con mi iPhone XS. Traducción al Inglés por Deepl Traslate. Puedes encontrarme en los siguientes perfiles de redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram.
Cuanta verdad en tus palabras, ya las reuniones familiares no son las mismas, ni las prioridades de los amigos que se van, ni de los familiares que cruzaron el charco como decimos en son de jarana, pero, con el corazón roto.
Hermoso, sin duda toda la la razón del mundo en este post, no son nunca los mismo, y no porque no quieran serlo, sino por que el cambio a una nueva vida es rotundo, lindas y verdaderas palabras amigo, También siento tu pesar. Saludos y feliz noche para ti.
Ese cambio del que hablas, es difícil de entender para nosotros, los qué no vivimos esas nuevas circunstancias, pero es triste que se pierda esa llama de humanidad que queda aún en la sociedad Cubana.
Nosotros, los que aún quedamos aquí, seguiremos conviviendo con los sueños rotos, remendandolos cada día como se pueda. No queda de otra.
Hermosas reflexiones. El hambre de las ilusiones es el más terrible. Duele en lo más profundo cuando el fantasma de la política quiebra lazos sólidos, en momentos de euforia. Nos ha tocado vivir momentos duros cuando la migración se ha convertido en una tendencia. Saludos