Cuanta verdad en tus palabras, ya las reuniones familiares no son las mismas, ni las prioridades de los amigos que se van, ni de los familiares que cruzaron el charco como decimos en son de jarana, pero, con el corazón roto.
Cuanta verdad en tus palabras, ya las reuniones familiares no son las mismas, ni las prioridades de los amigos que se van, ni de los familiares que cruzaron el charco como decimos en son de jarana, pero, con el corazón roto.