Si les dijera Ramón de las Yaguas, estoy segura que el 99. 9 por ciento de ustedes no tendrían ni idea de qué hablo. Sin embargo, el Ramón es un pueblecito escondido en pleno corazón de la Sierra Maestra donde viví hasta los cinco años. Un sitio rodeado de montañas, matas de mango y un río amplio y caudaloso que tiene por nombre Baconao, cuyas "piedras pulidas, blancas y enormes parecen huevos prehistóricos". Aunque en realidad no nací allí, no por falta de voluntad de mis padres, sino porque sencillamente no había (ni hay), un hospital materno. De manera que mi primer llanto, y mira que he llorado después de eso, fue en la ciudad de Santiago de Cuba. De pequeña era traviesa, curiosa y alegre como la mayoría de los niños. Siempre fui bastante precoz, así que con cuatro años, cursé el prescolar. Era vivaracha y cuando jugábamos al juego de las sillas, siempre ganaba. Luego nos mudamos más cerca de la ciudad, para otro pueblo (El Caney), conocido como la tierra de las frutas más dulces. Durante la primaria, como toda estudiante que se respete, tuve piojos al igual que mis amiguitas. Me gusta hacer chistes, reír y busco siempre el lado jocoso hasta en las situaciones más difíciles. Amo la música, sobre todo las baladas románticas en inglés, el son y la salsa. Me encanta el baile, en especial el casino, pero como no me aprobaron en ningún casting en mis años mozos, por baja estatura, me tuve que conformar con ser bailadora y no bailarina. En los años 90 estuve a punto de ir a estudiar Artes Escénicas en la antigua URSS y, gracias al derrumbe del campo socialista, no pudo ser. ¿Frustraciones? Muchas. Ni actriz ni bailarina ni doctora ni abogada. Soy graduada de Enfermería y Derecho Laboral. Pasé la mayor parte de mi vida estudiantil becada, lo que me sirvió para convertirme en la mujer independiente que soy.
Por azar de la vida vivo hace dieciocho años en La Habana, pero mi alma está en Santiago de Cuba. Tengo dos hijos y mil heridas de combate. Me caigo, me levanto y sigo. Me apasiona escribir. Comencé haciendo poemas cursis, como casi todo el mundo. Luego me incliné hacia la narrativa donde me siento mucho más cómoda. El año pasado, gracias a la buena voluntad de algunos, y con 50 años, logré en entrar en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso y participar en el curso de Técnicas Narrativas. Estar allí fue un sueño hecho realidad, un lugar mágico donde pasé los sábados más felices de mi vida. Recibir aquellas conferencias por los excelentes profesores del centro y de tantos grandes de nuestra literatura como Padura, Sacha, Pedro Juan, Senel Paz y otros, nos dejaba con la sensación de estar flotando en el aire. A pesar de ser la veterana del grupo, estar rodeada de tantos jóvenes talentosos me hacía sentir una adolescente. Me gusta comprar libros aunque no los lea todos y prefiero regalarlos antes que prestarlos. En mi opinión, no se sabe quién es más bobo, si el que lo presta o el que lo devuelve. Al fin y al cabo, robarse un libro no es robar, es como tomar prestado un bolígrafo a un compañero de trabajo y no devolverlo, es un acto libre de culpabilidad. Mi principal interés en esta plataforma es compartir e interactuar con otras personas y además, alcanzar más visibilidad a mis textos y si de pasó hay otras recompensas, pués sería una excelente oportunidad de unir lo útil a lo agradable. ¿Qué más se puede pedir?.
Si se animan a seguirme, podrán disfrutar en este perfil de cuentos, relatos,minicuentos, artículos y hasta alguna que otra poesía.
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Who am I?
If Ramón de las Yaguas told you, I am sure that 99. 9 percent of you would have no idea what I speak.However, Ramón is a small town hidden in the heart of the Sierra Maestra where I lived up to five years.A site surrounded by mountains, mango kills and a wide and caudalous river that is called Baconao, whose "polished, white and huge stones look like prehistoric eggs."Although I was not born there, not due to lack of will of my parents, but because there was simply (nor there), a maternal hospital.So my first cry, and look that I have cried after that, it was in the city of Santiago de Cuba.As a child he was naughty, curious and cheerful like most children.I was always quite early, so with four years, I attended the preschool.He was vivaracha and when we played the game of chairs, he always won.Then we move closer to the city, for another town (El Caney), known as the land of the sweetest fruits.During primary, like every student who is respected, I had lice as well as my friends.I like to make jokes, laugh and always look for the jocular side even in the most difficult situations.I love music, especially romantic ballads in English, Son and Salsa.I love the dance, especially the casino, but since I was not approved in any casting in my young years, for low stature, I had to settle for being a dancer and not a dancer.In the 90s I was about to go to study performing arts in the former USSR and, thanks to the collapse of the socialist field, it could not be.Frustrations?Many.Neither actress nor dancer nor doctor nor lawyer.I am a nursing and labor law graduate.I spent most of my student scholarship life, which served me to become the independent woman I am.
By chance of living life eighteen years ago in Havana, but my soul is in Santiago de Cuba.I have two children and a thousand combat wounds.I fall, I get up and continue.I am passionate to write.I started doing cheesy poems, like almost everyone.Then I leaned towards the narrative where I feel much more comfortable.Last year, thanks to the goodwill of some, and with 50 years, I managed to enter the Nonelio Jorge Cardoso Literary Training Center and participate in the course of narrative techniques.Being there was a dream come true, a magical place where I spent the happiest Saturdays of my life.Receive those conferences from the excellent teachers of the center and as many of our literature such as Padura, Sacha, Pedro Juan, Zenel Paz and others, left us with the feeling of floating in the air.Despite being the veteran of the group, being surrounded by so many talented young people made me feel a teenager.I like to buy books even if I don't read them all and I prefer to give them before lending them.In my opinion, it is not known who is more foolish, if he who lends it or the one who returns it.After all, stealing a book is not to steal, it is like borrowing a pen to a co -worker and not returning it, an act free of guilt. My main interest in this platform is to share and interact with other people and also reach more visibility to my texts and if there are other rewards, then it would be an excellent opportunity to unite the useful to the pleasant.What else can you ask for?
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