No importa cuando leas esto, el momento es ahora.
En los últimos días, después de procesar un cúmulo de información de distintas áreas, he sentido la necesidad de internalizar muchos temas con los que me he sentido identificada en determinados momentos de mi vida, situaciones que me han paralizado bloqueando mi capacidad de reacción para hacerles frente en el momento oportuno, precisamente justificando que ese momento todavía está por venir.
A lo largo de nuestra vida evitamos echar a andar muchas cosas porque preferimos esperar “el momento adecuado”, así vamos dejando en pausa tareas, proyectos, actividades, todo en espera de un tiempo que ni siquiera sabemos cuál es. Ese instante "perfecto", es una zancadilla que nos ponemos a nosotros mismos para procrastinar los sueños, es una excusa programada en nuestro cerebro para saltarnos la toma de decisiones, es un escudo de “protección” a lo desconocido.
La justificación de esperar el momento correcto nos lleva a procrastinar como consecuencia. Consciente, o inconscientemente, empezamos a postergar la puesta en acción. Y eso pasa en todos los aspectos de nuestra vida, desde los más pequeño hasta los que representan grandes retos. Dejamos para después hacer el viaje que siempre soñamos, o iniciar ese curso que ha estado en nuestra cabeza por mucho tiempo, o reconciliarnos con un amigo / familiar, o emprender ese negocio que tanto tiempo hemos ideado. Las razones pueden ser muchas, pero generalmente se resumen en el miedo: miedo a fracasar, miedo al qué dirán, miedo a empezar de nuevo, miedo a no superar nuestras propias expectativas.
¿Tiempo al tiempo?
Entonces, ¿existe el momento adecuado?, si existe, y ocurre justo cuando nos despojamos de todo lo que sabotea el deseo de intentarlo. Ese instante perfecto, se devela ante nosotros cuando finalmente vencemos los miedos y nos atrevemos a intentarlo. Cuando nos permitimos fallar sin castigarnos por ello, porque habremos comprendido que eso es parte del proceso de aprendizaje. El mañana es tan cierto, y el tiempo es tan fugaz, que postergar las metas es una posible condena de destierro, es hacerlas cada vez más inalcanzables, es convencernos de que no podemos sin siquiera haberlo intentado.
¿Podemos apagar los miedos? claro que podemos, podemos silenciarlos, blindando nuestra mente, dejando de escuchar demasiado a todo y a todos, pues esas voces solo buscan distraernos del objetivo, y no necesariamente por un saboteo intencional, sino que muchas veces ellos sienten que nos protegen de tomar decisiones apresuradas. Cada uno de nosotros es responsable de sus decisiones, la voz a la que debemos obedecer es a esa voz interior que sabe lo que deseamos y merecemos.
Otra forma de combatir el miedo, es dejar de compararnos con los demás. Es importante entender que el éxito es muy subjetivo, lo que para algunos es motivo de felicidad para otros lo es de frustración. Dependiendo de con quién nos comparemos nos sentiremos en desventajas o no. Si en nuestras expectativas está comparar nuestros logros con los de alguien que podría ser nuestro mentor, el resultado será absolutamente desmotivador. Ahora, si esa misma comparación la hacemos con alguien de nuestro entorno, es muy probable que podamos sentirnos mucho más afortunados.
Lo he analizado mucho, y estoy convencida que la comparación más positiva que puedo hacer en la vida, es la de mi "yo del presente" con mi "yo del pasado", solo así podré construir una mejor versión de mi que me haga sentir orgullosa de la "yo que seré en el futuro".
El momento adecuado lo decidimos nosotros. El tiempo perfecto, en cambio, corresponde a Dios.
Una vez más, decidir cuando es el momento adecuado pasa entonces por arriesgarnos a tomar acción más allá de todo lo que nos distrae, incluyéndonos a nosotros mismos. Sí, muchas veces nos saboteamos inconscientemente porque esperamos tanto de nosotros que cuando no lo logramos nos castigamos muy duramente, tanto, que lejos de querer seguir intentando, nos reconocemos fracasados, y abandonamos cualquier intención de intentarlo. La perfección no nos pertenece, esa corresponde a Dios.
¿La llave mágica? no más comparaciones, no más altas expectativas, no más castigo autoinfligido. La clave está en comprender que está permitido equivocarnos, está permitido fallar, como permitido está seguir intentándolo hasta finalmente lograrlo.
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Hola Gorita bella! 🤗🤭 que buena reflexión me has traído justamente el día de hoy, últimamente he estado lidiando mucho con eso, con el miedo al fracaso, hay muchos sueños que quiero cumplir, incluso he tenido la posibilidad de ellos, hay muchas metas que tengo pendiente en mi lista, pero de alguna u otra forma siento que no es el momento nunca o que hay otras cosas más importantes, al final es como si me autosabotera en lograr mis metas y nunca empiezo.
Yo los educo sobre enfermedades mentales, pero aquí entre nos yo soy bastante insegura y lucho mucho contra eso desde que soy adolescente, son cosas ahí mal manejadas desde mi infancia, pero eso hace que no confíe mucho en mi a la hora de empezar a cumplir mis metas, por eso siempre digo que quiero educar a la gente para que no pasen por lo que yo, porque problemas mal manejados en la infancia u adolescencia crean una personalidad insegura en la adultez.
Pero lo que dices es tan ciero, el tiempo se nos va, pensando que vamos a fracasar y no terminamos de intentarlo por miedo a que nos vaya mal ¿pero si nos va mal que tiene de malo? Por lo menos podemos decir que lo intentamos, ademas somos seres humanos podemos hacer las cosas mal, es solo que nos autoexigimos demasiado.
Lo único que sí yo no hago es compararme con los demás, si lo hago hubiera muerto de depresión hace raaaato, tengo colegas cirujanos que ganan por ejemplo miles de dolares por cirugías y evidentemente yo no gano eso y viven viajando y así, sin embargo cuando los analizo a profundidad no son la persona que yo quisiera ser, yo soy feliz con mi forma de ser, por supuesto quisiera tener mayor estabilidad economica por ejemplo y seguridad en mí misma, pero nada de esos objetivos son por compararme con los demás, son porque quiero lograrlos por mí, la persona que más me exige a mi misma soy yo.
Bueno, ya te vine a escribir otro testamento Gorita jajaja, pero es que me gustan estos post que ustedes hacen que me hacen psicoanalizarme a mi misma también y me ayudan a tomar acción sobre las cosas que quiero lograr, así que muchas gracias por eso, me hiciste reflexionar mucho con él @gorayii y ya mismo me voy a poner una lista de metas a corto plazo y mediano también 🤗💞.
Mi estimada Dalla, al tema de los miedos a veces se le suma el llamado síndrome del impostor, que es no creerte lo suficiente buena para reconocer todo lo que has logrado y puedes lograr. Confía en ti, eres capaz de lograr grandes cosas, si otros lo ven en ti, tú también puedes.
El tema de las comparaciones es que se confunden con fuentes de inspiración, la primera es perturbadora, la segunda, es motivacional.
Usted es una profesional talentosa, confía en esos talentos, poténcialos, y da el paso por ti y para ti...todo fluye.
Un abrazo, no sabes lo grato que es para mi saber que así como tus escritos me inspiran y/o ayudan, los míos puedan tener ese efecto en ti.
Excelente contenido para la reflexión. Estas como el águila que se crió con los pollitos y gallinas. Es mas, no sabia quien era. No sabia para que eran esa alas, mas largas que la de los pollos. Eres águila y eres abeja, tiene usted miedo de volar. Cuando ves la lejanía, el cielo infinito, cantas y te dan ganas de volar.
Si usted entendió después de buscar el consuelo en la verdad,usted consiguió la verdad, al conseguirla usted se hizo libre. como usted no procrastino su momento, usted decidió ser libre.
Quien rompe con los miedos suelta las amarras de los siglos que oprimen a la mujer.
La añorada libertad esta en la ventana cantado todas las mañanas.
Vuela aguila! Vuela!
Te amo!
En las letras de tan inspiradora poesía metafórica, se despierta mi deseo de volar, de abrir mis alas sin miedo, lo peor que puede pasar es que me caiga, pero siempre existe la posibilidad de sanar la herida y volverlo a intentar.
Agradezco mucho la sabiduría de sus letras.
Un abrazo.
Es muy difícil saber cuando dar ese paso, cuando callar, cuando gritar y cuando detenerse.
Yo no creo que sea difícil, es que el miedo nos domina y nos suponer más obstáculos de los que realmente existe. A veces es nuestra mente la que más sabotea el deseo de intentarlo. Saludos.
Excelente contenido 👍
Muchas gracias, me alegra que te haya gustado.