G. Caín, como también gustaba filmar sus artículos, es sin duda es uno de los padres de la narrativa cubana de todos los tiempos y quién sabe si hispanoamericana.
De una erudición y grandeza tenía la facultad de que todo lo que tocara con el brillo de su palabra lo convertía en arte. Sus propias novelas son muy cinematográficas. Como nadie Guillermo Cabrera Infante supo fotografiar a la Habana y sus madrugadas de música, alcohol y hambre, en sus novelas.
Le agradezco infinitamente haya dedicado una parte de su tiempo a hablar de este cubanazo!
Afectos.
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