Nuestro planeta está cambiando, y lo hace rápidamente por los daños ocasionados por nuestra especie. Lo que muchos no creían ocurrió y los cambios ya son irreversibles. Este planeta dejará de ser un hogar para los humanos. Unas especies sobrevivirán y otras se extinguirán. El proceso de selección ya comenzó
Esta profecía fue dicha hace doscientos años por un científico líder de una organización de conservación del planeta que estaba en contra de las grandes compañías petroleras. La especie humana se encuentra en extinción. Los que pudieron se fueron a explorar nuevos mundos, los que no, sobreviven en cavernas profundas.
Mi nombre es Mina y mi pequeña familia, como la llamo, está constituida por mi padre y mi madre. Mi hermana Poli, mi hermano Loti, mi amigo Api, su hermana Cesy y su padre Leo. La madre de Api se cayó hace unos días por una grieta mientras buscaba huevos de lagartijas verdes. Lo último que escuchamos fue un grito largo que se fue opacando hasta que se hizo un silencio, solo interrumpido por el goteo del agua en las paredes rocosas.
Con nosotros también están Lee y Chang con su hija Lin. Ella es mayor que mi amigo Api y que yo. Llegaron un día y nadie les preguntó de dónde venían, solo los aceptamos, lo demás no tiene importancia. No peleamos en nuestra familia, solo nos ayudamos los unos a los otros.
Shiba, también vive con nosotros desde que era muy pequeño. Lo encontró mi padre cerca de la entrada, creo que es uno de los pocos gatos sobrevivientes de los terremotos, maremotos, huracanes, erupciones volcánicas y subidas en el nivel del mar que azotaron la tierra en estos años. Muchos animales y plantas han desaparecido.
No hemos tenido contacto con otros humanos desde que decidimos buscar otro espacio dentro de las cavernas donde vivir, porque el alimento no alcanzaba. Comemos insectos y huevos de lagartijas y de vez en cuando alguna rata que entra a las cavernas en búsqueda de agua.
La atmósfera se limpia en esta época del año, los fuertes vientos del sur se llevan las partículas tóxicas, que se ven como puntos luminosos en el aire. Entonces aprovechamos para salir en la noche, porque no vemos bien en el día.
Sentado sobre una roca plana y de color azul, Api nos dice—Mii abuelo, me contaba que antes de la extinción, las personas podían ver las estrellas en el cielo y también a la luna, ahora solo puedo ver una nube amarillenta.
—Eso también me contaba mi abuela y sus padres le decían que hubo una época en donde el hombre viajaba en unas naves, atravesando el cielo en búsqueda de otros planetas donde vivir porque este ya estaba enfermo.
—¿Y por qué no lo ayudaron a sanar? ¿Puedes explicármelo? —La pequeña Cesy miraba a Mina con sus pequeños ojos negros. La visión no era un sentido muy útil en las cavernas y la hemos ido perdiendo, pero tenemos el oído y olfato muy buenos.
—Bueno, creo que los humanos de esa época eran muchos y ensuciaron todo y no limpiaban, y la mayoría no creía en que algo malo fuera a pasar, vivían desconectados del planeta y algunos solo pensaban en abandonarlo. Pero casi todos murieron, solo unos pocos lograron irse, pero no se supo si llegaron a algún lugar.
Mi hermano mayor, Loti, que estaba llegando, escuchó la conversación.—A mí me hubiera gustado poder viajar en esas naves que nos cuenta el abuelo y salir de este planeta.
—Yo creo que nuestro planeta nos quiere, estamos aquí, hemos sobrevivido.
—¿Y hasta cuando crees que podemos hacerlo, Mina? Ya casi no queda comida, es difícil estar afuera de las cavernas. No podemos respirar bien y los gases tóxicos nos matan. Nos estamos extinguiendo.
—¡No es así! nos estamos adaptando. La tierra nos ha dado la oportunidad de salir y ver el cielo. ¿No te has dado cuenta de que los días sin gases son cada vez más?
—Yo estoy de acuerdo con Mina, hay que tener esperanza de que la Tierra nos ayudará.
—Gracias, Api.
—Y yo también, —Cesy se había acercado a abrazarla, con sus delgados y pálidos brazos donde se podían ver fácilmente las venas azules surcando la piel.
—Ustedes no ven la realidad, están soñando. Mi hermano como todos los mayores era muy pesimistas y solo esperaba el final.
Pero Mina y sus amigos no solo se dieron cuenta de ese cambio, otras señales estaban apareciendo en ese lado del planeta y cada vez era mayor el tiempo que ellos pasaban en la superficie sin que se vieran afectados. Ya no solo salían de noche, sino también de día, y pudieron ver lo que la gente en las cavernas no había visto
Los mayores no nos impedian salir pero nos habían advertido que no nos alejaramos mucho, podíamos encontrar algunos animales hambrientos. Ellos estaban tan ocupados en buscar comida que no pensaban en nada más, solo en sobrevivir.
En sus salidas de expedición Mina, Ari, Cesy y Lin, quien tambien tenía la creencia de que el planeta los aceptaba y los ayudaría, encontraron pequeños organismos verdes sobre las rocas y saliendo de las grietas unas plantas con flores de color amarillo y sobre estas unos insectos que volaban incesantemente. Cada asombroso descubrimiento los llenaba de esperanzas
¡Miren allá! Lin señalaba hacia el valle.
Habíamos alcanzado la cima de una colina de tierra rojiza y pedregosa y ante nosotros se extendían los restos de una ciudad, lo poco que quedaba de la antigua civilización humana. Había emergido de las aguas cuando estas se fueron retirando, quedando bajo un pantano negro y espeso.
—¡Vamos a bajar Mina! —Ari quería saber cómo era el mundo antes de que los cambios ocurrieran.
— No creo que debamos hacerlo, Ari, esos restos son el pasado. En él no hay esperanza, solo tristeza y soledad.
—Yo estoy de acuerdo con Mina, prefiero no saber nada de esa ciudad, puede ser peligrosa. Me da miedo. —Lin se cubrió la cabeza con su manta, pues una brisa fría comenzó a soplar.
—Tienes razón Mina, no vamos a aprender de ellos cómo vivir en nuestro planeta. Nosotros podemos hacerlo solos.
—¡Así es Ari! y lo estamos haciendo. ¿Y tú qué opinas, pequeña Cesy?
Cesy estaba mirando fijamente los restos de la ciudad y volteó a ver a Mina. —Yo opino que a mí me gusta vivir en este planeta, es hermoso. Es nuestro hogar.
Nos alejamos de aquel lugar y al regresar no le contamos a nuestros padres y hermanos, sobre la ciudad hundida, pero sí sobre las plantas de flores amarillas y los insectos que volaban haciendo un sonido con sus alas. Nosotros fuimos sus ojos y oídos hasta que un día perdieron el miedo y se atrevieron a salir... de las cavernas.
Muchas gracias por leer mi participación en el reto de Hispaliterario, en su edición #39/Salvemos al mundo. Invito a mis amigos @maxjulisgf y @kei2 a participar.
Our planet is changing, and it is changing rapidly because of the damage caused by our species. What many did not believe happened, and the changes are already irreversible. This planet will no longer be a home for humans. Some species will survive and others will become extinct. The selection process has already begun.
This prophecy was spoken two hundred years ago by a leading scientist of a planet conservation organization that was against the big oil companies. The human species is on the verge of extinction. Those who could go off to explore new worlds, those who could not, survive in deep caverns.
My name is Mina and my little family, as I call it, consists of my father and my mother. My sister Poli, my brother Loti, my friend Api, his sister Cesy and his father Leo. Api's mother fell a few days ago down a crevice while looking for green lizard eggs. The last thing we heard was a long scream that faded to silence, interrupted only by the trickle of water on the rock walls.
With us are also Lee and Chang with their daughter Lin. She is older than my friend Api and me. They arrived one day and no one asked them where they came from, we just accepted them, the rest is unimportant. We don't fight in our family, we just help each other.
Shiva, he also lives with us since he was very small. My father found him near the entrance, I think he is one of the few surviving cats.
Shiva, also lives with us since he was very small. My father found him near the entrance, I think he is one of the few surviving cats of the earthquakes, tidal waves, hurricanes, volcanic eruptions and sea level rises that hit the earth in these years. Many animals and plants have disappeared.
We have had no contact with other humans since we decided to look for another space inside the caves where to live, because food was not enough. We eat insects and lizard eggs, and occasionally a rat that enters the caves in search of water.
The atmosphere is clean at this time of the year, the strong winds from the south carry away the toxic particles, which are seen as luminous dots in the air. So we take the opportunity to go out at night, because we can't see well in the daytime.
Sitting on a flat, blue rock, Api says, "My grandfather told me that before the extinction, people could see the stars in the sky and the moon, but now I can only see a yellowish cloud.
"My grandmother also told me that and her parents told her that there was a time when man traveled in ships, crossing the sky in search of other planets where to live because he was already sick".
"And why didn't they help him heal, can you explain it to me?" Little Cesy looked at Mina with her little black eyes. Vision was not a very useful sense in the caves, and we have been losing it, but we have very good hearing and smell.
"Well, I think the humans of that time were many, and they dirtied everything and did not clean up, and most did not believe that something bad was going to happen, they lived disconnected from the planet and some only thought of leaving it. But almost all of them died, only a few managed to leave, but it was not known if they got anywhere."
My older brother, Loti, who was arriving, listened to the conversation: "I would have liked to be able to travel in those ships that grandfather told us about and leave this planet".
"I think our planet wants us, we are here, we have survived".
"And how long do you think we can do it, Mina? There's almost no food left, it's hard to stay out of the caverns. We can't breathe properly, and the toxic gases are killing us. We are becoming extinct."
"We are not! We are adapting. The earth has given us the opportunity to go outside and see the sky. Haven't you noticed that the days without gases are getting longer and longer?"
"I agree with Mina, we have to have hope that the Earth will help us."
"Thank you, Api."
"And so do I," Cesy had moved in for a hug, her thin pale arms where blue veins could easily be seen furrowing the skin.
"You don't see reality, you're dreaming. My brother, like all the older ones, was very pessimistic and was just waiting for the end."
But Mina and her friends did not only realize that change, other signs were appearing on that side of the planet, and they were spending more and more time on the surface without being affected. They went out not only at night, but also during the day, and were able to see what the people in the caves had not seen.
The elders did not stop them from going out, but had warned them not to go too far, they might encounter some hungry animals. They were so busy looking for food that they thought of nothing else but survival.
On their expeditions Mina, Ari, Cesy and Lin, who also shared the belief that the planet accepted them and would help them, found small green organisms on the rocks and coming out of the crevices some yellow flowering plants and on these some insects that flew incessantly. Each amazing discovery filled them with hope.
Look over there! Lin pointed with his arm toward the valley.
We had reached the top of a hill of reddish, stony earth and before us stretched the remains of a city, what little was left of the ancient human civilization. It had emerged from the waters as they receded, lying beneath a thick, black swamp.
"Let's go down, Mina." Ari wanted to know what the world was like before the changes.
"I don't think we should, Ari. That wreckage is the past. In it there is no hope, only sadness and loneliness."
"I agree with Mina, I'd rather not know anything about that city. It scares me." And she covered her head with her blanket, as a cold breeze began to blow.
"You're right, Mina! we're not going to learn from them how to live on our planet. We can do it ourselves."
"That's right Ari, and we are, and what do you think, little Cesy?"
Cesy was staring at the remains of the city and turned to look at her friend. "My opinion is that I like living on this planet, it's beautiful. It's our home."
We walked away from that place and when we returned we did not tell our parents and siblings, about the sunken city, but we did tell them about the yellow flowering plants and the insects that flew around making a murmur with their wings. We were their eyes and ears until one day they lost their fear and dared to come out... of the caverns.
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