Hermoso comentario.
No se si por casualidad leíste o viste una película: Zima Blur.
Es difícil, pero trataré de resumir.
Una periodista del futuro, la cual tiene una especie de pajarito electrónico, una super agenda o asistente que le ayuda en todo, un celular del futuro, con super tecnología, tiene que viajar a un planeta para entrevistar a un androide super arrecho, Zima Blue, este es un pintor que ha ido evolucionando de pintar en azul cuadros del tamaño de la tierra, hasta obras del tamaño de una galaxia, además tiene un físico arrecho, en inteligente, culto, y misterioso.
Al final de la historia se descubre que Zima Blue, en verdad nunca fue humano, fue desarrollando capacidades extraordinarias, que así lo hacían parecer, pero en verdad se inició como un robot muy simple, creado por una niña, que tenía como función limpiar las baldosas azules de la piscina, aplicación tras aplicación se fue convirtiendo en zima Blue.
De una manera sorprendente, Zima Blue regresa a su piscina de origen, se despoja de todas sus aplicaciones tecnológicas y vuelve a ser el pequeño robot aquel que sólo limpiaba los azulejos de la piscina; regresa pues a su origen, s su esencia, como en algún momento lo hará la humanidad.
De repente maltraté mucho la historia, pero no aguantaba las ganas de contarte la mi pana, mi amigo que me llena los ojos con el genio iluminado de Gaudí.
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La visión contraria o cuando menos retrospectiva, de la versión de Arthur C. Clarke, en su obra titulada 'El fin de la infancia'. El final de una infancia que se produjo, más o menos, cuando a finales de la Segunda Guerra Mundial, los hombres descubrieron el poder atómico y a partir de ahí, el resto de calamidades que estamos viviendo hoy en día, incluida esa aberración, conocida con el nombre de Geopolítica, que nos está llevando, por la codicia de unos pocos, a la destrucción. Dada ya mi edad, estimado pana y teniendo en cuenta lo poco que voy pintando en este mundo, hace tiempo que me aplico a mí mismo un soberbio consejo de los antiguos poetas latinos: Carpe Diem. Vive, disfruta el momento como si fuera el último.