Nowadays, it is very common to hear about feminism since we are witnessing a time of crisis of civilization and, therefore, social demands. In this sense, what is not frequent is, from the common sense, to hear about feminism without resorting to stereotypes and numerous biases that come to us from the culture. This is why I think it is necessary to open a debate about what we are talking about when we refer to feminism, what is it about us to point it in one way or another, what does it mean to be or to identify oneself as a feminist.
Feminism, as we know, can be said to be one of the social causes, a movement, but in my opinion, it is the most comprehensive of all. It is not a new phenomenon, since it comes to us even from past centuries in which strong struggles for women's rights arose. However, and in spite of the numerous advances that have taken place in this sense, it is still necessary and their struggle is still valid, because as I said before, we are witnessing a time of civilization crisis and social setbacks in many ways.
Contrary to what many people think, feminism does not exist as the opposite of machismo; it is not simply another side of the same coin. While machismo is the most palpable day-to-day correlate of the system of patriarchal oppression in which men set themselves up as superior to women, feminism does not seek to invert the equation and endow women with the same power to subjugate men, but rather to seek a balance in the power relations that shape reality. This means that what it seeks is simply a way of relating to both genders in which we treat each other as equals; equal in terms of having the same rights, the same duties, the same access to opportunities, the same privileges, etc.
However, talking so much about equality has led us to a misunderstanding that has become entrenched both in the media and in the popular imagination, which has caused the struggle to be dismissed more than a few times. Men and women are not equal; each has its own biological, psychological and social particularities depending on the generic scheme from which we start. But equality, in this sense, points to what I said before and is only the foundation, the starting point to achieve what we aspire to: equity. Equality and equity, although they may seem to be the same, are not. Equality goes from a homogeneous collective, while equity aims at individuality and proposes to balance the link by making up for the deficiencies of one side or the other. In other words, equity is, according to the characteristics of one or the other gender, to open access to the same opportunities.
On the other hand, feminism does not mean fighting against the domination of men over women, but of the masculine over the feminine. This idea is much broader and more complete, since on both sides embodying the masculine or the feminine, there can be both women and men. But then, what is masculine and feminine? Both are dichotomous categories, that is, opposed, of what is superior or inferior, good or bad. That is why patriarchy, or, specifically patriarchal oppression, does not act in a single direction by targeting women, but anyone who embodies the feminine. Therefore, many times we men are also victims of it.
But it is also true that it should not be ignored that historically they have been the ones who have suffered the most from the consequences of a system of patriarchal oppression, and they have been the ones who, mainly from the oppression that reaches them in different ways and in different contexts, have claimed and put on the table a category that is considered the greatest epistemological change of the last century: patriarchy. And all this from social activism and academia.
Until the time of its emergence, this category had no other value than that of political mobilization, because being "new", it did not have studies that accounted for its effects in the past. It was then that many women set about the task of creating knowledge on the subject.
Today it is also necessary to ask ourselves why there is a hierarchy of genders that runs through all of history, and why it has been women who have historically been at a disadvantage. It is also necessary to talk about bodies as the main terrain in dispute for oppression and how men have also been part of both oppression and the oppressed. However, with this reflection today I did not intend to be too exhaustive, but rather to address a general overview of feminism. The rest of the things that I have left out, I will try to address in future posts, and there is plenty of material to cut through.
Versión en español
Hoy por hoy escuchar hablar sobre el feminismo es muy frecuente ya que estamos asistiendo a una época de crisis de civilización, y, por ende, reivindicaciones sociales. En ese sentido lo que no es frecuente es, desde el sentido común, escuchar hablar sobre el feminismo sin recurrir a estereotipos y numerosos sesgos que nos llegan desde la cultura. Es así que pienso que es necesario abrir un debate sobre de qué estamos hablando cuando nos referimos al feminismo, qué hay de nosotros y nosotras al señalarlo en uno u otro sentido, qué implica ser o identificarse como feminista.
El feminismo como sabemos, se puede decir que es una de las causas sociales, un movimiento, pero en mi criterio, es el más abarcador de todos. No se trata de un fenómeno nuevo, ya que nos llega incluso desde siglos pasados en los que surgieron fuertes luchas por los derechos de las mujeres. Sin embargo, y a pesar de que hayan ocurrido numerosos avances en ese sentido, no deja de ser necesario ni su lucha deja de estar vigente, porque como decía anteriormente, estamos asistiendo a una época de crisis de civilización y retrocesos sociales en muchos sentidos.
Al contrario de como piensan muchas personas, el feminismo no existe como contrario al machismo; no es simplemente otra cara de la misma moneda. Si bien el machismo viene a ser el correlato más palpable día a día del sistema de opresión patriarcal en el que el hombre se erige a sí mismo como superior a la mujer, el feminismo no busca invertir la ecuación y dotar del mismo poder a las mujeres para someter a los hombres, sino que lo que intenta es buscar un equilibrio en las relaciones de poder que configuran la realidad. Esto quiere decir que lo que busca es simplemente un modo de relacionarnos ambos géneros en el que nos tratemos como iguales; iguales en cuanto a tener los mismos derechos, los mismos deberes, los mismos accesos a oportunidades, los mismos privilegios, etc.
Sin embargo, hablar tanto de igualdad nos ha llevado a un malentendido que se ha enquistado tanto en los medios como en el imaginario popular, que ha provocado que no pocas veces se desestime la lucha. Hombres y mujeres no somos iguales; cada cual tiene sus particularidades biológicas, psicológicas y sociales en dependencia del esquema genérico del que se parta. Pero la igualdad, en este sentido, a lo que apunta es a lo que ya decía anteriormente y es solo el cimiento, el punto de partida para lograr lo que se aspira: la equidad. Igualdad y equidad aunque pudiesen parecer lo mismo, no lo son. La igualdad va de un colectivo homogéneo, mientras que la equidad apunta a la individualidad y se propone equilibrar el vínculo supliendo las carencias de uno u otro lado. En otras palabras, la equidad va, atendiendo a las características de uno u otro género, de abrir el acceso a las mismas oportunidades.
Por otro lado, el feminismo tampoco supone luchar contra la dominación del hombre sobre la mujer, sino de lo masculino sobre lo femenino. Esta idea es mucho más amplia y completa, ya que en ambos lados encarnando lo masculino o lo femenino, pueden estar tanto mujeres como hombres. Pero entonces, ¿qué es lo masculino y lo femenino? Ambas son categorías dicotómicas, esto es, contrapuestas, de lo que es superior o inferior, bueno o malo. Es por eso que el patriarcado, o, específicamente la opresión patriarcal, no actúa en un solo sentido apuntando a las mujeres, sino a cualquiera que encarne lo femenino. Por tanto, muchas veces los hombres también somos víctimas de ello.
Pero también es cierto que por ello no se debe obviar que históricamente han sido ellas las que más han sufrido las consecuencias de un sistema de opresión patriarcal, y han sido ellas quienes principalmente desde la opresión que les llega de diferentes formas y en diferentes contextos, han reivindicado y puesto sobre la mesa una categoría que se considera el cambio epistemológico más grande del siglo pasado: el patriarcado. Y todo ello desde el activismo social y la academia.
Hasta el momento de su surgimiento, dicha categoría no tenía más valor que el de movilización política, pues al ser «nueva», no contaba con estudios que dieran cuenta de sus efectos en el pasado. Y fue entonces que muchas mujeres se dieron a la tarea de crear conocimiento al respecto.
Hoy también es necesario preguntarse sobre el por qué de una jerarquía de géneros que nos atraviesa a lo largo de toda la historia, y por qué ha sido la mujer la que históricamente ha estado en desventaja. También es necesario hablar sobre los cuerpos como principal terreno en disputa por la opresión y de cómo los hombres también hemos sido parte tanto de la opresión como de lo oprimido. Sin embargo, con esta reflexión de hoy no pretendía ser demasiado exhaustivo, sino más bien abordar una panorámica general sobre el feminismo. El resto de cosas que se me quedan sueltas, intentaré tratarlas en futuras publicaciones, y hay bastante tela por donde cortar.
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He leído con atención tu post. Gracias por exponer desde tu perspectiva tan necesario asunto.
Y gracias a usted por leer. Unos de mis temas de interés profesional es todo lo relacionado al feminismo, a los sistemas sexo-género, a la interseccionalidad. De ahí que exponga mi criterio al respecto, y más ahora que está habiendo un gran retroceso social al respecto a pesar de que se está hablando de una cuarta ola feminista. El debate desde la academia también es necesario en ese sentido.
Me alegra saber que estás trabajando este tema. Yo también trabajo académicamente el asunto. Coordino además un proyecto sociocultural colaborativo con enfoques feministas cuyo objetivo es desmitificar cuestiones de género. Se llama Diversas. Gracias!!
Vaya, qué interesante. Tiene alguna página web o perfil en redes de ese proyecto?
Estamos ahora mismo reestructurando todo porque lanzaremos a fines de este mes una nueva campaña promocional. Pero, mientras, puedes encontrarnos en facebook, tenemos una página y un grupo privado "Diversas". El próximo mes habilitaremos de nuevo todas nuestras redes.
Que bueno que intentas dar una visión más objetiva del asunto... pero este cuento esta mal contado. Resulta que igual que a las mujeres se les prohibia cosas que solo se le permitía a los hombres, también a los hombres se les prohibia cosas que se consideran solo para mujeres. En Cuba por ejemplo los hombres no pueden obviar el servicio militar igual que las mujeres. Eso es solo un privilegio femenino. Al igual que los hombres no pueden retirarse a los 60 años pues también es sólo un privilegio para las mujeres... entonces la vida demuestra que ambos sexos estamos en desventaja dependiendo de la situación. Hay mucho que debatir todavía para llegar a una mejor oportunidad de igualdad de derechos para ambos sexos
Muchas gracias por interesarse y leer. Eso que usted señala es también una consecuencia del patriarcado, y lo que usted ve como privilegio, es un sesgo machista. Vea, ¿por qué los hombres tienen ese tipo de limitantes?, pues porque históricamente al hombre, o mejor dicho, a lo masculino, se le asocia la fortaleza, el sustento, el soporte, mientras que a lo femenino lo débil, lo que hay que salvaguardar. De ahí que exista un vínculo muy peculiar con la sangre: antropológicamente a los hombres se les permite derramar sangre y hacer derramar sangre a voluntad, mientras que a las mujeres no, las mujeres derraman sangre ellas mismas pero sin poder controlarlo.
Los hombres también somos víctimas de este sistema opresor. Ya dije que no el patriarcado no es la opresión del hombre sobre la mujer, sino de lo masculino sobre lo femenino, y al hombre no se le tiene permitido ser «débil».
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Admiro tu posición de verdad que es necesario aclarar. Las cosas se han desviado y muchas cosas no son las que nos representan
Gracias 😊
De nada, saludos