Cualquier condición de salud que ponga en riesgo la vida es alarmante… en su caso, el amor incondicional como familia fue un escudo qué permitió seguir avanzando juntos a los cuidados médicos.
El miedo muchas veces nos paraliza por no saber a qué nos estamos enfrentando, pero también, es el impulso para confiar, para documentarse, a estar presentes incondicionalmente, a fortalecer el espíritu, estar seguros que la divinidad nos habita y volver a la tranquilidad mental, a la paz del espíritu y a la salud perfecta del cuerpo.
Gracias por compartir tu testimonio.