La Semana del Bienestar 2023 nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre "Los cuidados que necesitamos, los cuidados que queremos". En un mundo donde la salud y el bienestar son esenciales, es crucial considerar los diversos aspectos de atención que requerimos y deseamos en nuestras vidas. Desde la atención médica de calidad hasta el apoyo emocional, estos cuidados son pilares fundamentales para nuestra felicidad y supervivencia. En este contexto, quiero compartir una experiencia personal que ilustra la importancia de la atención adecuada, especialmente en el contexto de vivir con el VIH.
Pensemos por un momento en los tipos de cuidados que todos necesitamos y deseamos en nuestras vidas. La atención médica oportuna y efectiva es, sin duda, uno de los aspectos más críticos para nuestra salud. Todos necesitamos acceso a profesionales de la salud que puedan proporcionar diagnósticos precisos y tratamientos adecuados. También deseamos contar con el apoyo emocional de nuestros seres queridos y comunidades, ya que el bienestar mental es igualmente importante. Sin embargo, en ocasiones, la realidad puede ser un desafío inesperado.
Hace unos años, mi hermano recibió un diagnóstico que cambiaría nuestras vidas para siempre: el Virus de Inmunodeficiencia Humana, o VIH. Esta noticia nos impactó de manera inesperada y dolorosa. La sociedad a menudo estigmatiza a quienes contraen el VIH, perpetuando la creencia errónea de que son personas promiscuas o descuidadas. Sin embargo, mi hermano era un ejemplo viviente de lo contrario. Es un hombre responsable y comprometido, alejado de la imagen estigmatizada que se tenía del VIH. A pesar de esto, el estigma prevalecía.
El diagnóstico fue un punto de quiebre en la vida de mi hermano. Al principio, se negó a iniciar el tratamiento, convirtiéndose en negacionista de la enfermedad y desconfiando de las medicinas. El miedo y la desinformación eran barreras que amenazaban su bienestar. Con el tiempo, su salud comenzó a deteriorarse rápidamente, y una relación sentimental se desmoronó, sumiendo su salud mental en una espiral descendente.
The Wellness Week 2023 gives us the opportunity to reflect on "The Care We Need, The Care We Want." In a world where health and well-being are essential, it is crucial to consider the various aspects of care that we require and desire in our lives. From quality medical attention to emotional support, these cares are fundamental pillars for our happiness and survival. In this context, I want to share a personal experience that illustrates the importance of proper care, especially in the context of living with HIV.
Let's take a moment to think about the types of care we all need and desire in our lives. Timely and effective medical care is undoubtedly one of the most critical aspects of our health. We all need access to healthcare professionals who can provide accurate diagnoses and appropriate treatments. We also wish to have the emotional support of our loved ones and communities because mental well-being is equally important. However, at times, reality can be an unexpected challenge.
A few years ago, my brother received a diagnosis that would change our lives forever: Human Immunodeficiency Virus, or HIV. This news hit us unexpectedly and painfully. Society often stigmatizes those who contract HIV, perpetuating the mistaken belief that they are promiscuous or careless individuals. However, my brother was a living example to the contrary. He was a responsible and committed man, far from the stigmatized image associated with HIV. Nevertheless, the stigma persisted.
The diagnosis was a turning point in my brother's life. Initially, he refused to start treatment, becoming a denier of the disease and distrusting medications. Fear and misinformation were barriers threatening his well-being. Over time, his health began to deteriorate rapidly, and a romantic relationship fell apart, plunging his mental health into a downward spiral.
El día más oscuro llegó cuando, estando conmigo, sufrió un desmayo alarmante. Lo llevamos de urgencia al hospital, donde el diagnóstico fue devastador: había progresado de tener VIH a tener SIDA.
Fue un momento horrible para nuestra familia. Mi madre lloraba sin consuelo mientras mi hermano y yo compartíamos un vínculo de desesperación. Mi propio sistema nervioso se tambaleaba bajo el peso emocional abrumador. Nos enfrentábamos a una batalla contra una enfermedad que había cobrado innumerables vidas, y parecía que estábamos perdiendo.
Sin embargo, en medio de la oscuridad, la esperanza aún brillaba. Mi hermano finalmente aceptó el tratamiento, comprendiendo que era su única oportunidad de supervivencia. Los medicamentos antirretrovirales se convirtieron en su aliado más cercano en la lucha contra el VIH. Poco a poco, su salud comenzó a mejorar, y la carga viral se volvió "indetectable".
Hoy, mi hermano está bien, en gran parte gracias a los medicamentos que recibe gratuitamente en nuestro país, Chile. Su historia es un testimonio de que, con los cuidados adecuados y el amor incondicional, se puede superar incluso una enfermedad tan desafiante como el VIH.
La experiencia de mi hermano nos enseñó valiosas lecciones sobre la importancia de la atención médica adecuada, el apoyo emocional y la educación sobre el VIH. También nos recordó que el VIH no discrimina y que la sociedad debe desafiar el estigma y la discriminación que lo rodean.
The darkest day came when he experienced a alarming fainting spell while being with me. We rushed him to the hospital where the diagnosis was devastating: he had progressed from having HIV to having AIDS.
It was a devastating moment for our family. My mother wept inconsolably while my brother and I shared a bond of despair. My own nervous system trembled under the overwhelming emotional burden. We were facing a battle against a disease that had claimed countless lives, and it seemed like we were losing.
However, amid the darkness, hope still shone. My brother eventually accepted treatment, realizing that it was his only chance for survival. Antiretroviral medications became his closest ally in the fight against HIV. Gradually, his health began to improve, and the viral load became "undetectable."
Today, my brother is doing well, largely thanks to the medications he receives free of charge in our country, Chile. His story is a testament that, with proper care and unconditional love, even a challenging disease like HIV can be overcome.
My brother's experience taught us valuable lessons about the importance of proper medical care, emotional support, and education about HIV. It also reminded us that HIV does not discriminate, and society must challenge the stigma and discrimination surrounding it.
En esta Semana del Bienestar, honramos la valentía de mi hermano y la de todas las personas que luchan contra el VIH. Recordemos siempre que los cuidados que necesitamos y deseamos son fundamentales para nuestra salud y bienestar, y que todos merecemos compasión, respeto y apoyo en nuestro viaje hacia una vida más saludable y plena.
Esta historia es un recordatorio inspirador de que, incluso en las circunstancias más difíciles, podemos encontrar la fuerza para sanar y vivir plenamente. Su experiencia nos muestra que, con los cuidados adecuados, podemos superar obstáculos aparentemente insuperables y vivir vidas llenas de esperanza y resiliencia.
During this Wellness Week, we honor the courage of my brother and all those who fight against HIV. Let us always remember that the care we need and desire is fundamental to our health and well-being, and that we all deserve compassion, respect, and support on our journey toward a healthier and fuller life.
This story is an inspiring reminder that, even in the most difficult circumstances, we can find the strength to heal and live fully. His experience shows us that, with proper care, we can overcome seemingly insurmountable obstacles and live lives filled with hope and resilience.
Publicación creada para la Iniciativa Semana Mundial del Bienestar
Publication created for they Global Wellness Week Initiative
Esta historia de vida es real, pero mi hermano no me dio permiso para incluir fotografías. Yo lo entiendo, haría lo mismo si estuviera en su lugar. Espero que lo comprendan.
This life story is real, but my brother didn't give me permission to include photographs. I understand, I would do the same if I were in his place. I hope you understand.
Mi invitación a participar es para: @zulfrontado y @alejandralita
My invitation to participate is for: @zulfrontado and @alejandralita.
lindo post y desgarrador pero asi es la vida es esa,realidades crudas yduras que solo desde el amor incondicional al progimo,la unión familiar y el conocimiento de los desconocido hara de cada uno de los seres humanos mejores personas,felicidades por tan linda familia que tienes y aca me tenes
Wuuau, tremenda experiencia, lo más hermoso de todo esto que la fortaleza y la unidad que comí familia le transmiten fue lo que lo ayudo a luchar. Gracias por compartir tu post. Bendiciones
Esta enfermedad es mucho más seria de lo que se cree. Estuve un tiempo en un hospital cuidando a mi padre, y conversaba con familiares de otros enfermos. Me di cuenta en ese momento lo que puede hacer en el cuerpo, como puede quitarle la vida a una persona en un abrir y cerrar de ojos. Y por sobre todo, que el coste de la vida en mi país, Venezuela, es mucho más alto si tienes algún tipo de enfermedad fulminante.
Creo que hay muchas dudas respecto al tema. Mucho desconocimiento. Lo que genera rechazo y problemas mayores de salud.
Es algo sumamente duro, pero, si tiene a Dios y a su familia que lo ama y lo apoya, entonces las cosas serán mejor para el.
Qué fuerte vivencia, tanto para tu hermano como para sus seres queridos cercanos. Yo aún no comprendo bien por qué esta enfermedad tan antigua siga siendo un tabú o algo de lo que no se deba hablar, cuando debemos hacer totalmente lo contrario e informarnos bien, dejar el tabú a un lado y afrontar esto que es tan real y abarca una cantidad grande de afectados. Debemos cuidarnos mucho, concientizarnos con respecto al tema, me alegra que tu hermano este mucho mejor amiga, de verdad que si fue inspirador tu post, saludos.
Que bonita historia de vida, tan personal y usted ha decidido compartirla para educar y ayudar a otros, gracias por eso. Que bueno su hermano haya asumido esta condición de vida y siga adelante, los estigmas siempre existirán porque el ser humano no es perfecto pero se tienen para apoyarse, esta historia demuestra el poder de la familia, lo más bonito que leí hoy.
Cualquier condición de salud que ponga en riesgo la vida es alarmante… en su caso, el amor incondicional como familia fue un escudo qué permitió seguir avanzando juntos a los cuidados médicos.
El miedo muchas veces nos paraliza por no saber a qué nos estamos enfrentando, pero también, es el impulso para confiar, para documentarse, a estar presentes incondicionalmente, a fortalecer el espíritu, estar seguros que la divinidad nos habita y volver a la tranquilidad mental, a la paz del espíritu y a la salud perfecta del cuerpo.
Gracias por compartir tu testimonio.