Me hiciste reír y recordar viejos tiempos. Recuerda que Venezuela siempre ha sido un país «machista» por excelencia -“los hombres NO lloran, carajo…”-. Te harán consonancia esas expresiones. ¿Sabía que tanto la igualdad de género como la inclusión buscan reprimir el animal que el hombre busca por dentro?. Ciertamente, nuestra cara cambiará conforme a las emociones del momento; hombre y mujer somos hormonales, ¡eh!, lo dije…
La tranquilidad de ser uno mismo es indescriptible, quienes nos lean si no lo han vivido; así lo describamos, no lo entenderán de lleno. Nuevamente, la edad y la experiencia entran en acción. Hoy en día, con la diversidad sexual -nos haría falta un diccionario especializado-actualizado en sexología- ahora los pequeños, los jóvenes y no tan jóvenes tienen el derecho de mostrar cualquier cara sin sentirse reprimidos ni pensar en el qué dirán. Aquí en Canadá, es una moda y me cuenta mi sobrina Gilda, que en Caracas, ya estos patrones -estereotipos- están de moda; como cuando hace cuarenta años escuchábamos una palabra o frase y luego la repetíamos como loro hasta que se hiciedron parte del nuestro idioma -chama(o), burda, sifrina(o), …-.
Si aprendemos a controlar nuestras emociones y por ende, nuestras caras, ¿nos estaríamos programando para ser hipócritas?
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Via Tenor
Plenamente de acuerdo contigo, esa tranquilidad de ser uno mismo no tiene precio. Las nuevas generaciones están libres de muchas represiones, pero a veces no hayan que hacer con su libertad. Muchas gracias por pasar y comentar estimado @amigoponc. Un fuerte abrazo desde Maracay.