invita a tomar contacto con los diferentes rostros que tenemos. Les comento…Saludos. La amiga @damarysvibra en su columna “Integrales y en expansión” nos
Lo primero a reconocer es que las personas somos seres emocionales, cada uno de nosotros está habitado por un mundo donde conviven la alegría, el amor, la tristeza y muchas otras emociones. Estas emociones se desencadenan de manera casi espontánea, a veces sin que nos demos cuenta. Baste con que llegué el disparador adecuado, que puede ser un gesto, una palabra, una imagen…unas notas musicales, para que nuestra emocionalidad se desborde como un torrente imparable.
Ahora bien, el que seamos más expresivos o reservados con nuestra emocionalidad depende, en gran medida, del ambiente donde nos criemos.
Recuerdo que en mi infancia recibí muchos mensajes donde se cuestionaba cualquier manifestación pública de la tristeza, casi que estaba prohibido algo tan humano como llorar en presencia de los otros. ¡No llore…! ¡Los hombres pujan pero no lloran…! Eran sentencias que repetían como letanías, no solo mis padres, sino también los otros integrantes de la familia.
Por algún extraño motivo, que nunca llegué a saber, los míos establecieron una asociación entre tristeza y debilidad. Para ellos las manifestaciones de tristeza eran muestra de debilidad y fragilidad, algo que resultaba inconveniente en la vida porque mientras más débil se fuera más posibilidades había de ser víctima de los demás.
La alegría se aceptaba mucho más, pero siempre que hubiese moderación. Estar soltando grandes carcajadas en una reunión de amigos o familiares podía interpretarse como expresión de impertinencia, lo que tampoco se consideraba adecuado. La gran máxima que prevalecía allí era: “Bueno es cilantro, pero no tanto…”
Con el miedo ocurría algo parecido a lo que pasaba con la tristeza, se interpretaba como sinónimo de debilidad, por lo que también había poca tolerancia con esa emoción.
Los míos eran partidarios de tratar de vencer al miedo y para ello la propuesta era enfrentarse con él cara a cara, algo que por cierto tiene mucho sentido. Si uno le tenía miedo a la oscuridad entonces lo dejaban un rato en un cuarto oscuro, si le tenía miedo a las cucarachas entonces lo llamaban cuando andaba alguna por ahí…
De todas aquellas enseñanzas saqué como conclusión que lo más adecuado era andar la mayor parte del tiempo con “cara de póquer”, de ese modo uno se evitaba muchos inconvenientes.
Luego, con el paso del tiempo, me di cuenta que andar con la “cara de póquer”, tenía un precio muy alto, porque para ello es necesario vivir reprimiendo toda la emocionalidad que permanentemente nos invade. Y la represión de algún modo es contra natura por lo que a la larga se revierte en contra nuestra, afectando nuestras relaciones sociales y nuestra salud.
Mentiría si les dijera que me ha sido fácil aceptar que, al igual que todos, yo también puedo tener muchas caras, dependiendo de mis estados de ánimo y de mi emocionalidad.
Para llegar a esa otra conclusión he tenido que desaprender algunas cosas de mi infancia y sustituirlas por otras, estando siempre claro que todo ese mundo aprendido en la niñez apenas se puede desdibujar un poco y que siempre estaré andando sobre sus huellas…
Ahora me da mucha tranquilidad comprender que lo más humano y normal es que cada uno de nosotros ande por la vida mostrando sus muchas caras, porque cada una de ellas se corresponde con un pedacito de lo que somos, cada una de ellas al final es expresión de la totalidad de nuestro Ser.
Todos tenemos el derecho de ir expresando lo que vamos siendo en cada momento. Pero puede ser que por algún motivo, dependiendo de las circunstancias, lo más recomendable sea poner “la cara de póquer”, y eso también será válido y no tendríamos que sentirnos mal por eso, porque también tenemos que valorar inteligentemente los contextos en que estamos.
Como siempre he disfrutado escribiendo la publicación. Agradezco a la amiga @damarysvibra por proponernos estas ideas tan sugerentes que invitan a la reflexión. Para darle continuidad a la iniciativa invito a las amigas @slwzl y @mafalda2008.
Gracias por tu tiempo.
invites to get in touch with the different faces we have. Let me tell you...Greetings. The friend @damarysvibra in her column "Integral and expanding"
The first thing to recognize is that people are emotional beings, each one of us is inhabited by a world where joy, love, sadness and many other emotions coexist. These emotions are triggered almost spontaneously, sometimes without us realizing it. All it takes is the right trigger, which can be a gesture, a word, an image... a few musical notes, for our emotionality to overflow like an unstoppable torrent.
Now, whether we are more expressive or reserved with our emotionality depends, to a great extent, on the environment where we grow up.
I remember that in my childhood I received many messages questioning any public manifestation of sadness, something as human as crying in the presence of others was almost forbidden. Don't cry...! Men push but don't cry...! These were sentences that were repeated like litanies, not only by my parents, but also by the other members of the family.
For some strange reason, which I never knew, my parents established an association between sadness and weakness. For them, manifestations of sadness were a sign of weakness and fragility, something that was inconvenient in life because the weaker you were, the more likely you were to be victimized by others.
Joy was much more acceptable, but only in moderation. Laughing loudly at a gathering of friends or family could be interpreted as an expression of impertinence, which was not considered appropriate either. The great maxim that prevailed there was: "Well it's coriander, but not that much..."
With fear something similar to what happened with sadness occurred, it was interpreted as synonymous with weakness, so there was also little tolerance for that emotion.
My people were in favor of trying to overcome fear and to do so the proposal was to confront it face to face, something that makes a lot of sense, by the way. If you were afraid of the dark then you were left in a dark room for a while, if you were afraid of cockroaches then you were called when one was around...
From all those teachings I concluded that the most appropriate thing to do was to walk most of the time with a "poker face", that way one could avoid many inconveniences.
Then, with the passage of time, I realized that walking with a "poker face" had a very high price, because for that it is necessary to live repressing all the emotionality that permanently invades us. And repression is somehow unnatural, so in the long run it turns against us, affecting our social relationships and our health.
I would be lying if I told you that it has been easy for me to accept that, like everyone else, I can also have many faces, depending on my moods and my emotionality.
To reach this other conclusion I have had to unlearn some things from my childhood and replace them with others, always being clear that all that world learned in childhood can hardly be blurred a little and that I will always be walking in its footsteps...
Now it gives me great peace of mind to understand that the most human and normal thing is that each one of us walks through life showing our many faces, because each one of them corresponds to a little piece of who we are, each one of them in the end is an expression of the totality of our Being.
We all have the right to express what we are at each moment. But it may be that for some reason, depending on the circumstances, the most advisable is to put "the poker face", and that will also be valid and we should not feel bad about it, because we also have to value intelligently the contexts in which we are.
As always I enjoyed writing the post. I thank my friend @damarysvibra for proposing these thought-provoking and thought-provoking ideas. To give continuity to the initiative I invite friends @slwzl and @mafalda2008.
Thank you for your time.
Comunidad Be Entrepreneur
Me hiciste reír y recordar viejos tiempos. Recuerda que Venezuela siempre ha sido un país «machista» por excelencia -“los hombres NO lloran, carajo…”-. Te harán consonancia esas expresiones. ¿Sabía que tanto la igualdad de género como la inclusión buscan reprimir el animal que el hombre busca por dentro?. Ciertamente, nuestra cara cambiará conforme a las emociones del momento; hombre y mujer somos hormonales, ¡eh!, lo dije…
La tranquilidad de ser uno mismo es indescriptible, quienes nos lean si no lo han vivido; así lo describamos, no lo entenderán de lleno. Nuevamente, la edad y la experiencia entran en acción. Hoy en día, con la diversidad sexual -nos haría falta un diccionario especializado-actualizado en sexología- ahora los pequeños, los jóvenes y no tan jóvenes tienen el derecho de mostrar cualquier cara sin sentirse reprimidos ni pensar en el qué dirán. Aquí en Canadá, es una moda y me cuenta mi sobrina Gilda, que en Caracas, ya estos patrones -estereotipos- están de moda; como cuando hace cuarenta años escuchábamos una palabra o frase y luego la repetíamos como loro hasta que se hiciedron parte del nuestro idioma -chama(o), burda, sifrina(o), …-.
Si aprendemos a controlar nuestras emociones y por ende, nuestras caras, ¿nos estaríamos programando para ser hipócritas?
!gifs poker face
Via Tenor
Plenamente de acuerdo contigo, esa tranquilidad de ser uno mismo no tiene precio. Las nuevas generaciones están libres de muchas represiones, pero a veces no hayan que hacer con su libertad. Muchas gracias por pasar y comentar estimado @amigoponc. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Es muy cierto @irvinc si nos vieéramos en el espejo las veces que hablamos o actuamos, nos damos cuenta de cuantos rostros tenemos, los cambios repentinos en la cara lo dicen todo, al reirnos, molestarnos, al hablar con la naturaleza, en clases, cuando hacemos deportes, cuando meditamos, cuando estamos enamorados, etc, es decir cada quien tiene muchos rostros que mostrar. Éxitos.
Así es estimado @omarrojas, es curioso, siempre somos los mismos aunque podamos tener muchas caras. Muchas gracias por pasar y comentar. Un fuerte abrazo desde Maracay.
jjj asi mismo los hombre no lloran lo escucho todavia muy a menudo cuando un niño lo hace olvidándose que es un niño pero es bueno siempre leer un post de usted
Acá todavía se escuchan esos dichos. Muchas gracias por pasar y comentar estimada @zorili91. Un fuerte abrazo desde Maracay.
@tipu curate 8
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Muchas gracias por el apoyo estimada @mireyaromero. Un fuerte abrazo desde Maracay.