Tuve que acumular muchos errores para empezar a darme cuenta que estaba en el camino equivocado, que en realidad amargaba mi vida sin necesidad.
La alegría de vivir se aprende con los años, cometiendo esos errores que bien describes. Los jóvenes creen que la alegría está en las parrandas hasta altas horas de la noche, en las bebidas alcohólicas. La realidad es otra y es en la madurez que le damos el justo valor a las cosas que nos hace felices.
Es el ritmo de la sociedad que nos marca y nos hace pasar de alto esos ricos momentos de felicidad. Con el paso de los años, ya en los sesenta, mis prioridades son otras, me doy el tiempo necesario sin importar que el segundero alcance al minutero.
Un nuevo fraternal saludo mi estimado @irvinc. ¿Cómo está la onda tropical en Venezuela...?