Me encanta cómo analizaste las muchas razones por las que puede resultarnos difícil perdonar.
En efecto, la vida es demasiado corta para guardar rencores. Aferrarse al rencor no aporta nada bueno; al contrario, causa más daño a nuestra paz, perturbando cada respiro de vida que tomamos.
¡Muy bien!
Muchas gracias por su interesante comentario, así mismo es. Saludos desde Cuba