Parece tan sencillo y obvio decir que si, cuando quieres hacerlo y decir que no cuando es lo que sientes... Pero la verdad es que la necesidad de pertenecer en muchas ocasiones nos lleva a usar máscaras, a dejar de lado nuestros sueños e incluso a convertirnos en lo que otros quieren que seamos... Y la única forma de ir rompiendo esos patrones es tener el valor de mirar y sanar la herida que los generó. Excelente escrito, honro tu camino y te deseo el mayor éxito del mundo
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Así como lo dices. Ha sido mi experiencia que son las heridas las que nos impiden ser íntegros con lo que decimos y hacemos. Cuando después nos obligamos a hacer cosas, las hacemos desfragmentados. La mente por un lado, las emociones por el otro y el cuerpo inerte. A veces nos parece que la vida es en realidad así, un deber inacabable de fingir, halagar y sobrevivir por pura conveniencia. Encima, nadie nos enseña como sanar.
Esa fue mi experiencia durante mucho tiempo. Simplemente no sabía como hacer que las cosas fueran diferentes así que comparto todos estos post con la esperanza de que alguien adquiera una pista para mejorar su futuro, con algo de suerte.