De verdad que amarse es una experiencia total, completa y larga. Diría que no tiene ningún final, porque a pesar de años entregado a mi crecimiento personal siempre encuentro detallazos a los que enfrentarme. Pero a veces me digo, ¡Mejor! Porque eso me da espacio a más crecimiento jaja. El día que no me moleste nada será que me lleve una carroza al cielo como le pasó a Elias.
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Amarse a si mismo no tiene límites, ni descanso, más bien requiere de actuar en función de mejorar esos aspectos de nuestras vidas que de alguna manera no nos favorecen, para ello hay que aceptar para poder avanzar. Gracias por tu comentario tan profundo.