Justo le he estado dando vueltas a este tema, rompiéndolo en pedacitos con mi mente para lanzar un postazo de 2000 palabras. No pudiste haberlo dicho mejor. Queremos algo, pero después nos distraemos y queremos otra cosa. Así nunca vamos a ninguna parte. Entre miedos, deseos y ansiedades, es como dar dos pasos adelante y otros dos hacia atrás. Por eso, bien decía Jesús, si tuvieras fe como un grano de mostaza... Pero tal y como le ocurrió a Pedro, el miedo nos hace caer.
Vale la pena recordar que la duda y el miedo vienen de alguna parte. Sin querer lo hemos hecho tan fuerte que de repente el simple hecho de salir de casa o abrir los ojos por la mañana es un suplicio. Lo que hacemos cada día tiene un efecto en nosotros. Lo que ponemos allá afuera, se vuelve fuerte adentro.
Un saludo, estimada colega pensante.
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