Mientras te leía vino a mi memoria un comentario que me hizo una amiga hace algunos años. Ella me dijo que adoraba cuando en el trabajo la enviaban de viaje. Eran momentos para ella. En la soledad de la habitación del hotel leía un libro o simplemente se quedaba en silencio, disfrutando ese silencio que era imposible en su hogar, con esposo y dos hijos menores de 6 años.
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Son espacios de tiempo vitales para recuperarnos y seguir adelante, sobre todo cuando somos madres, esposas, hijas, hermanas y más. Qué bueno que tu amiga podía regalarse esos momentos.