Esta historia está basada en hechos reales, los nombres y la locación fueron cambiadas.
En latino América existe la antigua creencia acerca de la existencia de las brujas, más específicamente en el oriente de Venezuela se tiene una certeza colectiva de su existencia; pero no me refiero a brujas como las de películas, con escobas voladoras y verrugas en la nariz, no. Las brujas a las que muchos le temen en los pueblos de oriente son criaturas malignas, que a través de brujería toman la forma de grandes aves negras, a las que aquí se conocen como zamuros (buitres negros), caminan por los techos de las casas buscando víctimas para chuparles la energía, preferiblemente jóvenes varones, con cierto grado de inocencia y vulnerabilidad.
Para Mauro, estas historias de brujas que chupan energía, solo son eso, historias para asustar y nunca las ha tomado en serio, aunque una parte de él cree que existen una especie de otro mundo, a los que algunos llaman “otra dimensión”, u otro plano astral, hasta el purgatorio puede estar en ese grupo, Mauro cree que ese “otro plano” es el culpable de acontecimientos que terminan siendo inexplicable, como apariciones o visiones, pero como aprendió de su padre, cuando se trata de esas cosas inexplicables, lo mejor es no saber, no creer en nada y así no permitir que nada te afecte, porque ese otro plano está por debajo de nuestro, es inferior, el temor es quien le da el poder para afectar a las personas. Claro, eso pensaba Mauro hasta que vivió los acontecimientos que le narraré a continuación.
Source Llegaron las vacaciones escolares y Mauro, quien era profesor de Matemáticas, viaja junto a su esposa Eliana y su hijo de 12 años, Sebastián, el destino es la vieja casa que heredó de su madre, la cual, está ubicada en un pequeño pueblo del oriente del país llamado San Antonio de Capayacuar, lugar en el que planean pasar menos de 3 meses, para acondicionar y vender la casa.
Era un miércoles por la noche cuando llegaron a la casa, luego de conducir por un camino azotado por una fuerte lluvia. - Mamá, ¿por qué el techo suena tan fuerte? – preguntó el joven Sebas, ya que él siempre ha vivido en apartamento y no conocía ese tipo de techo. Eliana le explico que ese era un techo de láminas de acerolit, que eran láminas muy delgadas que sonaban fuerte cuando llovía, además agregó que cuando alguien caminaba por el techo era imposible no escuchar los pasos, Mauro aprovecho para contarle que cuando eran niño, durante las noches se escuchaban gatos caminando por el techo, a veces hasta peleaban y todo se escuchaba aterrador. La lluvia terminó y luego de Mauro le mostrará la casa y se acomodarán, se acostaron a dormir. Sebas se acostó en la antigua habitación de Mauro, mientras que Mauro y Eliana se acostaron en la habitación de los padres de Mauro. Cerca de las 11:00 pm se cucha un garo caer en el techo, Eliana lo escucha justo arriba de su cama, en el instante que ella aguanta la reparación y busca apretar el brazo de Mauro, él lo comenta –Tranquila, ese es Pancho, el gato de vecino, acostúmbrate a oírlo-.
Las primeras dos semanas se hizo normal oír a Pancho todas las noches caminando por el techo. Pero la noche del tercer lunes, era una noche de esas sin luna, muy oscuras, a las 12:30 am Mauro escucha caer a Pancho en el techo, pero esta vez se escucha diferente, se siente más pesado. Mauro abre los ojos y le presta más atención a los pasos. Se siente como la lámina del techo es más forzada, definitivamente es más pesado que Pancho, ese no puede ser Pancho, se siente los pasos más lentos y pesados de lo normal, al prestar más atención se pueden sentir que es un animal con garras. Mauro esta atente y confundido, pero no se mueve de la cama, no quiere despertar a Eliana, él solo escucha y lo deja pasar hasta dormirse, pensando en muchas cosas, pensaba en las historias de las brujas, la cuales él sabe no pueden ser verdad. Durante un mes se hizo rutinario escuchar esos pasos en el techo después de la medianoche, no solo él, Eliana también podía escuchar esos pasos, especulaban sobre que animal era el que caminaba, tomando en cuenta todos los factores llegaron a la conclusión de que era un animal de dos para, pesado y con garras, podía ser un búho o un zamuro, pero ninguno de los dos quería creer que podía tratarse de una bruja.
Source Los días pasaron y una tarde fueron visitados por Carmen, una vecina amiga de la infancia de Mauro, decidieron cenar y destapar una botella de wiski para hablar y recordar el pasado. Entre tragos, Eliana comenta el sonido que escuchan en la noche, a lo que Carmen respondió alterada y en voz alta –¡Esa es la vieja Graciela! Esa vieja bruja, coño de madre-.
-¡Claro que no!- Replico Mauro. Totalmente escéptico al tema.
-Tú nunca crees nada, dejarme verte los brazos- decía Carmen mientras tomaba los brazos de Mauro buscando algún tipo de marca. Entonces Eliana alarmada mencionó el nombre del pequeño Sebastián, en ese instante los tres fueron de prisa al cuarto donde dormía Sebas, y al revisarlo con cuidado para no despertarlo, pudieron notar unas marcas en sus brazos, cuello y espalda. Eran como picadas de mosquitos, pero más rojas y grandes de lo normal, - Esa bruja coño de madre está chupando a Sebas.- dijeron casi unísonas las dos mujeres.
Durante las noches siguientes, Mauro y Eliana estaban atento a los sonidos del techo, pasaron dos noches sin dormir, esperando escuchar algo, pero no sucedió nada, mientras esperaba debatían sobre lo que podía está pasando, especulaban sobre las marcas en el cuerpo de Sebas, Podían ser los puri-puri (una especie de zancudos que hay en los pueblos que mucha vegetación), pero los puri-puri causan dolor cuando pican y Sebas no se ha quejado de las picadas. Eso también descartaba la teoría de cualquier insecto, ya que Sebas no era consciente de que existían esas marcas es su cuerpo. –Tiene que ser la bruja Mauro, esa bruja está chupando a mi hijo, vámonos de aquí-, repetía Eliana mientras no lograban conseguir respuestas lógicas. Pero Mauro se negaba a creer en que se trataba de una bruja. Esa noche estaban esperando a que sonará el techo, el reloj marcaba las 3:30 y ambos estaban cayendo en el sueño, escucharon caer algo en el techo, pero ambos se quedaron dormidos. En la mañana se despertaron conscientes de lo que había sucedido, corrieron para ver a Sebas, Eliana estaba muy asustada y Mauro con un tono determinante dijo –Hasta hoy, no te preocupes que esta noche yo resuelvo esto.
Source Esa tarde Mauro fue al depósito de la casa, donde sabía estaba guardada la escopeta con la que su padre solía ir a cazar, la limpió y aceitó, tomo la linterna de cabeza, esa que su padre se colocaba para cazar luego tomo una escalera y la coloco cerca de la puerta trasera de la casa, de manera tal que pudiese subir al techo rápidamente. Carmen les decía –Debes pegarle con un palo, debes darle una paliza y veras que al día siguiente la vieja Graciela vendrá adolorida a pedirte que le regales un poco de sal.- Lo que hizo que a Mauro se le ocurriera colocarse una cámara go pro en el pecho. Le comentó a Eliana y Carmen que iba a matar a ese pájaro y lo iba a grabar en video, para que así quedará prueba de que era solo un ave y no una bruja como ellas decían. Esa noche actuaron normalmente y Mauro se mantuvo preparado atento para emboscar a la criatura.
Cuando el Reloj marco las 3:30am se escucha caer algo en el techo, Mauro corrió y mientras subía las escaleras dijo – Esta noche te mato y te grabo pájaro maldito!, te juro que te voy a matar y te voy a grabar.
Pero no se vio nada. Después de esa noche no volvieron a oír nada atípico, las marcas en el cuerpo de Sebastián desaparecieron y no volvieron a aparecer, durante una semana Mauro estuvo tratando de emboscar al ave, pero está no volvió más. Una tarde Mauro salió a comprar algo de comida, en el camino vio a la señora Graciela, la supuesta bruja, saco su teléfono y le grito –Una foto señora Graciela- mientras le sacaba una foto, ella se tapó el rostro con una mano mientras le decía que no con la otra. Al llegar a casa le comentó lo que hizo a Eliana, mientras hablaba busco la foto en el teléfono para mostrársela, pero la foto no se guardó.
Mauro y Eliana aún no se ponen de acuerdo acerca de que fue lo que sucedió, Ella insiste en que la bruja no volvió por temor a ser grabada y asesinada, y Mauro insiste es que solo fue casualidad el ave no volviera más. Esos debates terminan siempre con la misma frase en forma de broma por parte de Mauro: “Yo no creo en brujas, pero de que vuelan, vuelan”.
Fin
In Latin America there is an ancient belief about the existence of witches, more specifically in the east of Venezuela there is a collective certainty of their existence; but I am not referring to witches like the ones in movies, with flying brooms and warts on their noses, no. The witches that many are afraid of in the eastern towns are evil creatures, who through witchcraft take the form of large black birds, which here are known as zamuros, walk on the roofs of houses looking for victims to suck their energy, preferably young men, with a certain degree of innocence and vulnerability.
For Mauro, these stories of energy-sucking witches are just that, stories to scare and he has never taken them seriously, although part of him believes that there is a kind of other world, which some call "another dimension", or another astral plane, even purgatory can be in that group, Mauro believes that this "other plane" is the culprit of events that end up being inexplicable, such as apparitions or visions, but as he learned from his father, when it comes to these inexplicable things, it is best not to know, not to believe in anything and thus not allow anything to affect you, because this other plane is below us, it is inferior, fear is who gives it the power to affect people. Of course, that is what Mauro thought until he experienced the events that I will narrate below.
Source School vacations arrived and Mauro, who was a Mathematics teacher, traveled with his wife Eliana and his 12 year old son Sebastian, the destination was the old house he inherited from his mother, which is located in a small town in the east of the country called San Antonio de Capayacuar, where they planned to spend less than 3 months, to refurbish and sell the house.
It was a Wednesday night when they arrived at the house, after driving down a road that was lashed by a heavy rain. - Mom, why does the roof sound so loud? - asked young Sebas, since he had always lived in an apartment and didn't know that kind of roof. Eliana explained that it was a roof of acerolit sheets, which were very thin sheets that sounded loud when it rained, she added that when someone walked on the roof it was impossible not to hear the footsteps, Mauro took the opportunity to tell him that when they were children, during the nights they heard cats walking on the roof, sometimes they even fought and everything sounded terrifying. The rain ended and after Mauro showed him around the house and they settled in, they went to sleep. Sebas went to bed in Mauro's old room, while Mauro and Eliana went to bed in Mauro's parents' room. At about 11:00 pm they heard a noise from the ceiling, Eliana heard it just above her bed, at the moment she was trying to squeeze Maruro's arm, he commented -Be calm, that's Pancho, the neighbor's cat, get used to hearing it-.
The first two weeks it became normal to hear Pancho every night walking on the roof. But the night of the third Monday, it was one of those moonless nights, very dark, at 12:30am Mauro hears Pancho fall on the roof, but this time it sounds different, it feels heavier. Mauro opens his eyes and pays more attention to the footsteps. He feels how the roof sheeting is more strained, it is definitely heavier than Pancho, that can't be Pancho, he feels the steps slower and heavier than normal, when he pays more attention he can feel that it is an animal with claws. Mauro is attentive and confused, but he does not move from the bed, he does not want to wake up Eliana, he only listens and lets it pass until he falls asleep, thinking about many things, thinking about the stories of the witches, which he knows cannot be true. For a month it became routine to hear those footsteps on the ceiling after midnight, not only him Eliana could also hear those footsteps, they speculated about what animal was walking, taking into account all the factors they came to the conclusion that it was a two-legged animal, heavy and with claws, it could be an owl or a vulture, but neither of them wanted to believe that it could be a witch.
Source The days passed and one evening they were visited by Carmen, a neighbor friend of Mauro's childhood, they decided to have dinner and uncork a bottle of whiskey to talk and remember the past. Between drinks, Eliana commented on the sound they heard at night, to which Carmen responded in an altered and loud voice -That's the old Graciela! That old witch, mother's cunt.
-Of course not," Mauro replied. Totally skeptical on the subject.
-You never believe anything, let me see your arms," said Carmen while she took Mauro's arms looking for some kind of mark. Then Eliana, alarmed, mentioned the name of little Sebastian, at that moment the three of them hurried to the room where Sebas was sleeping, and when they checked him carefully so as not to wake him up, they could notice some marks on his arms, neck and back. They were like mosquito bites, but redder and bigger than normal, -That witch cunt of a mother is sucking Sebas- said almost in unison the two women.
During the following nights, Mauro and Eliana were attentive to the sounds from the ceiling, they spent two sleepless nights, waiting to hear something, but nothing happened, while waiting they debated about what could be happening, they speculated about the marks on Sebas' body, They could be the puri-puri (a kind of mosquitoes that are in the villages with a lot of vegetation), but the puri-puri cause pain when they bite and Sebas has not complained about the bites. That also ruled out the theory of any insect, since Sebas was not aware of the existence of those marks on his body. -It has to be the witch Mauro, that witch is sucking my son, let's get out of here," repeated Eliana while they could not get logical answers. But Mauro refused to believe that it was a witch. That night they were waiting for the ceiling to ring, the clock read 3:30, and they were both falling asleep, they heard something fall on the ceiling, but they both fell asleep. In the morning they woke up aware of what had happened, they ran to see Sebas, Eliana was very scared and Mauro with a determined tone said -Today, don't worry, tonight I will solve this.
Source That afternoon Mauro went to the storage room of the house, where he knew the shotgun that his father used to hunt with was kept, cleaned and oiled it, took the head flashlight, the one that his father used to use for hunting, then he took a ladder and placed it near the back door of the house, so that he could climb up to the roof quickly. Carmen said, "You must hit him with a stick, you must beat him up and you will see that the next day old Graciela will come in pain and ask you to give her some salt", which made Mauro put a go pro camera on his chest. He told Eliana and Carmen that he was going to kill the bird and record it on video, so that it would be proof that it was just a bird and not a witch as they said. That night they acted normally and Mauro kept ready to ambush the creature.
When the clock struck 3:30am they heard something fall on the roof, Mauro ran and as he climbed the stairs he said.
- Tonight I'm going to kill you and I'm going to record you, damned bird, I swear I'm going to kill you and I'm going to record you!
But nothing was seen. After that night they did not hear anything atypical, the marks on Sebastian's body disappeared and did not appear again, for a week Mauro was trying to ambush the bird, but it never came back. One afternoon Mauro went out to buy some food, on the way he saw Mrs. Graciela, the supposed witch, he took out his phone and shouted -A picture Mrs. Graciela- while he took a picture of her, she covered her face with one hand while she said no with the other. When he got home he told Eliana what he had done, while he was talking he looked for the picture in his phone to show it to her, but the picture was not saved.
Mauro and Eliana still do not agree on what happened, she insists that the witch did not return for fear of being recorded and killed, and Mauro insists that it was just a coincidence that the bird did not return. These debates always end with the same phrase in the form of a joke by Mauro: "I don't believe in witches, but about them flying, they fly".
The End
Cover image, dividers and farewell card were edited by me using Pixlr
Original language: Spanish. Translation made using DeepL.
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