Casa señorial ostenta escudo de armas en elegante fachada.
Llamo mi atención, el heráldico diseño, y continué mi camino pensando si alguna vez o aún la habita un conde, marqués o caballero ennoblecido por algún rey o emperador.
Un adorno en la fachada, un bordado en la ropa o timbre en la tarjeta de presentación. Sospecho que aquí en La Argentina, como en otras tierras de América, no tiene otro valor. Hoy la elite y el poder ostentan otras señales, a veces discretas y otras no tanto, como un día me dijo un conocido, dos cosas hay que no se pueden ocultar: La tos y la opulencia.
Sigo caminando y me encuentro con otra fachada de viejo estilo atrapada entre dos construcciones modernas, poco a poco van desapareciendo estas casas en que los propietarios y arquitectos dejaron su firma, su nombre y un estilo que solo quedara en el recuerdo, alguna crónica y por casualidad, alguna donde habitara una personalidad ilustre y llegue a convertirse en museo.
Altas puertas delatan los altos techos que daban espacio al aire fresco atravesando los amplios ventanales y románticos balcones desde donde observar a los paseantes o alguna joven se deje ver por un enamorado pretendiente.
La conurbación extendida hasta el horizonte, ahora crece hacia las nubes. Ya son frecuentes las torres de 40 pisos y más, lo que trae a mi memoria la novela de ficción de Robert Silverberg, El Mundo Interior (o Los Techos del Mundo, según otras traducciones), donde el autor presenta un mundo y una sociedad que ha resuelto la superpoblación aceptándola.
Una postura en franca oposición a las posturas actuales que pretenden diezmarnos con pandemias y restricciones a la natalidad y normalización del aborto. Postura del occidente progresista que una vez implanto por la fuerza el régimen del partido comunista de China, pero en la actualidad ha revertido.
Solo Europa occidental parece decidida a extinguirse de mano de sus dirigentes, he preferido fomentar la migración desmedida de personas con cultura muy distinta, inclusive contraria a su herencia cultural, desde mi punto de vista un suicidio colectivo programado y fomentado con la complicidad de los gobiernos.
[Grafiti en protesta a la vacunación y la agenda 2030]
Claro está que sin entrar en diatribas políticas, opino que a nivel mundial todos los gobiernos trabajan en intereses ajenos a los de sus ciudadanos, a los que esquilman en beneficio de intereses particulares, cuando no extranjeros.
Una realidad que nos enfrenta a futuras tecnocracias donde el nuevo feudalismo corporativo va imponiendo limitaciones crecientes a la libertad.
El miedo como motivación y la seguridad como promesa, les permite que el ciudadano se vuelva un ser pasivo que acepta imposiciones impensables para generaciones pasadas.
Teorías conspirativas ayer, realidades hoy. Revelaciones de escandalosos encubrimientos pasados parecen contener la segunda intención de hacernos incrédulos y tan desconfiados que nos sea imposible organizarnos como sociedad.
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Sonoro juego de palabras que me motivo a buscar su significado y que sospecho pueda tener implicaciones más profundas que el simple significado en el diccionario; pequeña tesis y tercera persona del plural del verbo tesar.
Al parecer parte de un trabalenguas y juego infantil compuesto por la siguiente frase: TERROME TERRAME TE SIN TE SAN TERROME TERRAME TE PUM BAJA.
Juegos infantiles a un lado, mi pequeña tesis es que si el occidente progresista aspira al suicidio colectivo, las elites corporativas lo auspician para implantar un sistema pseudodemocrático y en oriente crecen sin medida compitiendo en todos los ámbitos, los americanos no angloparlantes deberíamos considerar o evaluar nuestras alianzas, relaciones y objetivos.
El futuro está aquí, escribiéndose en un lenguaje más parecido al inglés, pero en realidad es el lenguaje de programación, los comandos que ponen en funcionamiento las maquinas con las que posiblemente se administre el orden social en adelante.
Ideologías enfrentadas, partidos políticos, países y naciones seguirán existiendo mientras cumplan el propósito y sirvan a los intereses del poder, pero el sistema que se está implementando, a la vista de quien lo quiera ver, se parece más al feudalismo, que a la república.
Hasta aquí mi reflexión de hoy. Espero que con mis palabras tienda puentes a las ideas y si surge alguna controversia sea en beneficio de quienes compartimos una esperanza en la humanidad.
Gracias por acompañarme en este divagar.
Fotos tomadas con telefono Motorola durante mis frecuentes caminatas por Buenos Aires.
El texto son solo mis opiniones, que puedes compartir o disentir. Nada grabado en piedra por lo que me siento en libertad de cambiarlas mañana.
Sólo te puedo decir que Europa occidental que es lo que conozco está muerta. La pandemia fue la prueba. Gobiernos elejidos fuera de las urnas y una población sumisa no pueden ser otra cosa que muestra de decadencia. Y ahora toca la guerra...
Un abrazo muy grande mi estimado @felixmarranz.
Lo veo desde aquí y sólo espero que la guerra no suceda, es la mayor locura, la apuesta de los que planean salir beneficiandos. Pero perjudica a todos los demás.
Ojalá que no.
Como siempre, otro abrazo.