Amnesia... (Cuento breve)

in Cervantes4 years ago

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Amnesia

_Yo no sé en qué año llegué aquí, ni el día, solo recuerdo el porqué. Recuerdo que yo toda la vida viví solo, sin familia, sin perro, sin una matica. La gente decía que era huraño, gruñón, miserable, pero a mí eso no me importaba. Yo tenía mi trabajo, mi televisor y mi casa, a nadie le pedía nada. Me levantaba temprano con los primeros rayos del sol, preparaba mis alimentos y luego salía para el trabajo. De allí regresaba como a las 6 de la noche, me bañaba, encendía mi televisor, veía mis series preferidas de misterios y asesinatos, y luego me acostaba. Esa era mi vida y a nadie hacía daño. Pero todo eso cambió, cuando llegó Amalia.

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_Amalia era una muchacha como de unos 20 años. Llegó a mi casa a vender dulces de coco. Al principio le dije que no, pero tanto insistió, que le compré uno. Al día siguiente volvió a tocar a mi puerta, y como el dulce no había estado mal, le compré dos. Aquella conducta se repitió con los días y llegó un momento que en las tardes, mientras veía mis series de terror, me apetecía comer los dulces de coco que vendía Amalia y deseaba que pasara más frecuentemente.

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_Ustedes pensarán que tal vez mi interés por Amalia era físico y le puedo asegurar que no. Amalia estaba desprovista de toda la sexualidad de una hembra. Su cuerpo famélico y desgarbado, su cabello corto y su rostro reseco era más la imagen de un adolescente feo. Varias veces me habló de que tenía dos hijitos, de dos hombres diferentes y que buscaba donde vivir porque no tenía familia. Todo esto lo decía en el portón, mientras me vendía los dulces y yo le daba un poco de agua, porque siempre pedía agua.

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_Luego comenzó a entrar en la casa, no recuerdo cómo, y después trajo una vez a sus dos muchachitos sin ningún motivo. Por eso, cuando una noche la policía se detuvo en mi casa y me sacaron esposados por homicidio, no pude creerlo. Ellos dijeron que los cuerpos estaban en mi habitación, el de Amalia y los niños. Me dijeron que habían sido mis vecinos los que habían llamado. Yo les dije que eso era falso y les conté lo que acabo de relatarles a ustedes. Ellos dijeron que todo lo que yo decía era invento, porque supuestamente esa era la historia que había en un viejo periódico que estaba debajo del colchón de mi cama y que en realidad Amalia era mi esposa y que aquellos niños, eran hijos míos.

HASTA UNA PRÓXIMA LECTURA, AMIGOS

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Buen relato. @nancybriti, saludos

Muchísimas gracias, @yonnydavid

Muy bueno, Nancy. Tienes mucho arte para escribir ese tipo de relatos que pudieran tener aquella coletilla de: “basado en hechos reales”. Este texto me inquieta mucho porque siempre he pensado que la mente guarda demasiados misterios insondables, nadie puede decir: yo si estoy a salvo de actuar así. Un fuerte abrazo para ti.

No sé por qué me emociono cada vez que te veo por aquí, @irvinc. Me recuerdas mis comienzos en estas lides y el apoyo que siempre me has dado. Efectivamente, el cerebro es un órgano tan complejo que de él pueden hacerse hasta cuentos de terror. Te abrazo fuerte y espero que estés bien, amigo!

Sí, paso a paso nos hemos mantenido un largo tiempo. Extraño a muchos amigos de esa primera época en la otra cadena, no sé, me parece que entonces había más interacción. Qué estés bien.

Este relato, por algún tipo de curiosa asociación, me recuerda a los supersticiosos legionarios romanos que pusieron las plantas de sus sandalias en los suelos del norte de España. En Galicia situaban el terrible río Leteo (que aquí denominamos como el Limia y es un afluente, si mal no recuerdo, del Sil), y pensaban que no sólo con beber su agua sino también con cruzarlo, llegarían a la otra orilla olvidando por completo quiénes eran y todo su pasado. De alguna manera, los mitos explicaban, en su lenguaje poético, todo este tipo de circunstancias que afectan a los hombres. La amnesia, posiblemente, sea la peor de todas porque podría llegar a pensarse que alguien o algo te ha robado el alma, la conciencia, dejándote tirado como un trapo. Aunque también es cierto, que en ocasiones, puede ser un verdadero alivio no recordar ciertas cosas. Siempre nos quedará la duda y en este caso, no habrá más remedio que confiar en la palabra de la policía. Abrazos

Maravilloso comentario, @juancar347!! Mi cerebro suena con tantas ideas. Soy, como bien sabes, fanática de los mitos y las leyendas, así que lo que dices me deja con ganas de más. Buscaré más información, te lo prometo. Te abrazo fuerte

Este post ha sido propuesto para ser votado por el equipo de curación de Cervantes

Muchísimas gracias, amigos!! Ya ser propuesta es un honor. Saludos y éxitos