El mercado indie por su naturaleza no comparte los problemas estructurales que acompañan al triple AAA moderno, esto es algo que le ha permito servir de plataforma para el escape de esta amarga realidad. Por supuesto, estos equipos independiente de desarrolladores no suelen contar con el dinero ni el presupuesto de las grandes compañías, pero esto no quiera decir que no cuenten con el talento y la creatividad para sorprendernos.
Varios de mis juegos favoritos de la última década han venido de estudios independientes y cualquiera que sepa darles una oportunidad regularmente entenderá por qué, la pasión, la dedicación, las libertades creativas, son todos factores que terminan jugando a favor de la experiencia final.