Mi experiencia como líder ha sido todo un dilema, porque no es un cargo el cual me agrade asumir directamente a menos de que lo vea muy necesario. Es una batuta con muchas implicaciones.
En la universidad, mis compañeros de clase siempre necesitan de un guía que los oriente y les diga que hacer, pero no están obligados a cumplir con las expectativas y eso causa mucho desequilibrio, ya que alguien siempre tiene que pagar por los platos rotos.