Fuente
No me dolió tanto el cuerpo, como me dolió el corazón; cuando tu voz se alzó sin freno y tu palma de hombre protector, contra mi mejilla se estrelló.
No me asustó tanto el golpe que me regalaste; como lo hizo tu desafiante, iracunda, mortal, homicida, vacía y desconocida mirada que me obsequiaste.
No me inundó el dolor en la piel, tanto como me recorrió velozmente el dolor en el alma. Ése día se desmoronó para siempre el amor, la confianza y la calma.
No recuerdo la causa por la cual me golpeaste la primera vez, solo recuerdo que se fracturó mi vida y cada momento feliz que me brindaste y te regalé.
"Amor", sólo se que ahora te sobran las causas para dibujar moretones de todos los colores y tamaños en mi cuerpo, y son escasas las razones para que me trates con respeto.
No recuerdo la fecha del primer golpe, de la primera cachetada, del primer insulto, de la primera violación o la primera patada...
Solo me recuerdo cada día:
Debo maquillar bien mi mirada golpeada, debo revestir de risas mi boca machucada y aprender de memoria mil excusas, para mi personalidad que ahora es más callada.
No recuerdo, ya no recuerdo...
No espero, ya no espero...
No sueño, ya no sueño...
Solo trato de salir con vida, de éste real, invisible e inesperado infierno.