A través de la ventana
el mar
pasa deprisa;
yo sé tras el cristal,
exactamente,
a que huele la brisa.
No hay traducción,
no hay palabras,
tan solo lo que siento;
no sé como explicar
esta emoción,
esta atracción,
que pesa como rocas
en mi pecho.
El sábado pasado, camino a casa, el azar desvió (bastante) mi ruta, generando un brevísimo encuentro con el mar, un encuentro que como siempre me alegró, pero también me pesó en el pecho. Por eso, mientras el auto iba en movimiento, intenté llevarme conmigo un trocito. Fue difícil, porque mi teléfono no está en buenas condiciones y reacciona bastante lento, pero lo logré.
El mar es poderoso y tiene un efecto muy fuerte en mí. Quizá sea por su belleza, su inmensidad tan sobrecogedora que se funde con el cielo, o tal vez simplemente es por culpa de la memoria, por la enorme cantidad de buenos recuerdos vividos en sus playas; pero incluso ahora, viendo estas fotos, vienen esas sensaciones que me aprietan el pecho y nublan mis ojos.
Espero que disfrutaran del ejercicio y las fotos, que sé que no son muy buenas, pero hasta en una foto mala el mar es hermoso.
¡Gracias por la compañía y les prometo una cita con el mar, próximamente!
Fotografías de mi autoría tomadas con teléfono Redmi 9A
Tan bellas emociones y expresiones.
Esa última foto me trajo recuerdos, recuerdos de otros tiempos, tiempos cuando yo tenía menos años, años menos que tú ahora. Ahora me perdería sin ti.
El mar ❤️
Bello poema y bellas fotos.
Bello el azul inmenso en la distancia
EL mar es lo maximo!
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