29 de marzo del 2003.
Un grito de terror se escuchó por toda la urbanización de la pequeña ciudad de Lancashire.
Minutos antes, en la casa de la familia Dews, sonó un disparo de lo que parecía ser un arma calibre 44.
Días atrás, la policía había hecho eco de que había una secuencias de robos y atropellos en las casas de los vecinos, por lo que pedían que fueran diligentes y tomaran sus precauciones.
Sophie Dews.
Pelo rubio, ojos verdes, y una delicadeza única.
Casi siempre quedaba sola en casa, sola con sus niños, Terry y Mario.
—Mike, estaba considerando que debíamos tener un arma en casa, ya sabes, yo quedo sola en casa con los niños, y por sobre todo, quisiera que estuviéramos seguros mientras tu no estas en casa.—
Parecía ser una buena decisión, por lo que ambos concordaron en comprar un arma calibre 44 para defensa personal.
Durante las noches, Sophie Dews sacaba el arma y la colocaba sobre su mesa de noche sin seguro, pues quería estar lo mas atenta ante cualquier situación que ameritara usarla.
La mañana sería gris para la familia.
Estando en cocina, el sonido de un disparo la llevo directamente a la habitación.
Mario estaba tirado en el suelo, mientras que Terry estaba arrodillado, tomando su cabeza y colocándola entre sus rodillas.
Sophie miro el arma en el piso, y un pequeño charco de sangre que salía del pequeño Mario.
El grito retumbo las paredes de la casa y las lagrimas prorrumpieron.
El llamado a emergencias fue casi innecesario, pues el disparo en el pecho lo dejo sin vida casi en el acto.
Los niños habían entrado en la habitación de su madre para jugar, al ver el arma en la mesa, creyeron que era de juguete, por lo que Terry, inocente y sin saber que el arma estaba cargada, le atinó un disparo a su hermano.
¿De quién era la culpa?.
¿Era de Terry, era Sophie o de esposo por haber consentido en que tuvieran el arma, sabiendo que los niños podían dar con ella?.
Versión en Ingles
March 29, 2003.
A scream of terror was heard throughout the small Lancashire town development.
Minutes earlier, at the Dews family home, a shot rang out from what appeared to be a .44 caliber gun.
Days earlier, police had echoed that there was a spate of burglaries and hit-and-runs at neighbors' homes, so they asked them to be diligent and take their precautions.
Sophie Dews.
Blonde hair, green eyes, and a unique gentleness.
She was almost always left home alone, alone with her children, Terry and Mario.
-Mike, I was considering that we should have a gun in the house, you know, I'm home alone with the kids, and above all, I'd like us to be safe while you're not home.
It seemed to be a good decision, so they both agreed to buy a .44 caliber gun for self-defense.
During the evenings, Sophie Dews would take the gun out and place it on her bedside table without the safety catch, as she wanted to be as vigilant as possible in any situation that might call for its use.
The morning would be a gray one for the family.
While she was in the kitchen, the sound of a gunshot took her directly to the bedroom.
Mario was lying on the floor, while Terry was kneeling, taking his head and placing it between his knees.
Sophie looked at the gun on the floor, and a small pool of blood coming out of little Mario.
The scream reverberated through the walls of the house and tears flowed.
The call for emergency services was almost unnecessary, as the shot in the chest left him lifeless almost immediately.
The children had entered their mother's room to play, when they saw the gun on the table, they thought it was a toy, so Terry, innocently and without knowing that the gun was loaded, shot his brother.
¿Whose fault was it?
¿Was it Terry's, was it Sophie's, or was it her husband's for having consented to them having the gun, knowing that the children could get to it?.
Traducido al ingles por https://www.deepl.com/en/translator
We make so many decisions on the spur of the moment that we often don't evaluate their pros and cons, nor do we carefully plan what to do next. Only poor planning can lead to a big problem or, in this case, a tragic ending