He visto sus lágrimas inocentes sin consuelo. Sus ojos de incertidumbre por si habrá un manaña mejor, o simplemente, si habrá un mañana.
Su esperanza, su esperanza reposa en quién, en qué, o en alguien que pueda darles apenas un poco para saciar el estruendo de si.
Su esperanza a veces es saciada, su deseo los hace frágiles como polilla en el viento, son susceptibles a una nube entre el viento.
Sus gritos apenas son escuchados, y sus palabras, apenas recordadas, son muy nobles para ver que el mundo no es tan amable como su pequeño corazón.
Inocentes de maldad, pero cargados de agonia, aún en sus pocos años de experiencias. No conocen la lujuria ni la vanidad, pero son víctimas de ellas.
Un bocado es suficiente para saciar su ansiedad, un vaso de agua será lo necesario para olvidar por momentos su necesidad de comer bien, o de por lo menos comer.
En el mundo paralelo... Hay quienes desprecian un pedazo de pan, o un gran manjar por estar aburrido de ello.
Desaprovechan las opciones de la vida, pues saben que estás volverán una y otra vez, aunque no hagan un minimo esfuerzo.
En su mundo paralelo.
No saben si será un buen día, o no saben si se apenas habrá un mañana.