The contradiction of the lie
Julieta, after a great battle, was able to penetrate the door of the wall and, armed with a broom, she entered her teenage children's room to do a great cleaning job. In the living room, the children's protests could be heard... they said it was a violation of their rights. The room was in chaos, disorder reigned, dirty clothes and shoes lying everywhere. Once she had mastered the situation and began to sweep and clean, Julieta was surprised when the broom from under the bed dragged a strange cigarette. She silently finished her chore and went straight out to find Juan, her husband, to comment on what she had found.
- Juan, Juan, I think you should urgently talk to the boys... I know we are in another culture, but I don't want my children to be pot smokers, that is contrary to our principles and values. I ask you please!
Juan a man of family principles and Christian values said: - I am going to wait until noon to talk to them.
When lunchtime came, sitting around the table, Juan called Andrews and John his two teenage sons, raised in this new culture but always under the family values they brought from their native country.
-I want you to tell me and answer honestly and truthfully! Whose joint did your mother find under the bed?
-Andrew immediately said: That's not mine, I don't know who left it there....
-John, the younger of the two, but with the characteristic of being the more curious, quickly and swiftly answered: That's not mine... Andrew's friends must have left it there when they come to visit us, it must have been the other night when they came to play on the video console...
Juan as a good father was aware of the signals and gestures of his children, he knew that when Andrews was going to tell a lie he tended to scratch his nose or his neck as if he had an itch in his body when he knew he was discovered... He asked him again, “So you mean that strangers come here and do what they want in your room without respecting our rules? Do you allow those strangers to do and undo things in your room?
No, I don't allow them to do and undo in my room, I opposed them smoking those things here in the room. I told them,... While he was repeating that sentence, his eyes went to the floor and he began to scratch his neck... John entered into doubt because of the contradiction between what he was saying and how he was saying it....
He then turned and asked John... Son, is it that when you hang out with your friends at their house, do you smoke those things too? - I don't smoke, I just watch them and amuse myself with their antics?
-But why did you allow them to disrespect our home, knowing that it is forbidden, insisted Juan .....I forbade them and insisted that they should not, besides it is the first time they do it, you should not get angry.
Juan then became angry and remembered that a few months ago a similar episode had occurred and his children had sworn that it would not happen again.
-Well, now you have made me angry, because of this great contradiction, how can you say that this is the first time if months ago a similar event already happened... this is a behavior that your friends already have, I don't like that they smoke marijuana; but the most serious thing is that we don't like that they lie neither to me nor to your mother, in this home we leave the lies aside.... You are going to be punished not only for the joint we have found; but for having lied to us... your contradictions in your answer give you away, you are accomplices of your friends' behavior... you will be punished with the worst punishment that can be given to a teenager: I am going to remove the door of your room! from now on we will see, hear and smell everything you do in your room with your friends, no more privacy until you prove again that you are worthy of trusting you, no more contradicting our principles and values, no more lies in this family.
La contradicción de la mentira
Julieta, luego de una gran batalla pudo penetrar la puerta de la muralla y armada de la escoba entró el cuarto de sus hijos adolescentes a realizar una gran faena de limpieza. En la sala, la protesta los hijos se escuchaba… decían que era una violación a sus derechos. El cuarto era un caos, el desorden reinaba, la ropa sucia y zapatos tirados por donde quiera. Una vez dominada la situación y comenzado a barrer y a limpiar Julieta se sorprendió cuando la escoba desde bajo la cama arrastró un cigarros extraños. En silencio culmino su faena, salió directamente a buscar a Juan su esposo para comentar lo encontrado.
- Juan, Juan, creo que debes hablar urgentemente con los muchachos… Sé que estamos en otra cultura; pero no quiero que mis hijos sean fumadores de hierba, eso va contrario a nuestros principios y valores. ¡Te lo pido por favor!
Juan un hombre de principios familiares y de valores cristianos dijo: - voy a esperar al mediodía para hablar con ellos.
Llegada la hora del almuerzo, sentados alrededor de la mesa, Juan llamó a Andrews y a John sus dos hijos adolescentes, criados en esta nueva cultura pero siempre bajo los valores familiares que traían de su país natal.
-¡Quiero que me digan y contesten con sinceridad y la verdad! ¿De quién es el porro que encontró tu mamá debajo de la cama? .
-Andrews inmediatamente dijo: Eso no es mío, no sé quién lo habrá dejado allí…
-John, el menor de los dos, pero con la característica de ser el más curioso raudo y veloz respondió: Eso no es mío,… lo habrán dejado los amigos de Andrew cuando vienen a visitarnos, debe haber sido la otra noche cuando vinieron a jugar en la videoconsola…
Juan como buen padre era conocedor de las señales y gestos de sus hijos, sabía que cuando Andrews iba a decir una mentira tenía la tendencia a rascarse la nariz o el cuello como que si le diera piquiña en el cuerpo al saberse descubierto… Le volvió a repreguntar ¿quiere decir entonces que aquí llegan extraños y hacen lo que quieren en su cuarto sin respetar nuestras normas? ¿Tú permites que esos extraños hagan y deshagan en tu habitación?
- No, yo No permito que hagan y deshagan en mi habitación yo me opuse a que fumaran esas cosas aquí en el cuarto. Yo se los dije,.. Mientras que repetía esa frase su mirada iba al piso y comenzaba a rascarse el cuello…Juan entró en duda por la contradicción entre lo que decía y el cómo lo decía…
Se dirigió entonces y le preguntó a John… ¿Hijo es que acaso cuando andas con tus amigos en su casa Tú también fumas esas cosas? - Yo no fumo, yo solo los observo a ellos y me divierto con sus payasadas…
-pero por qué permitiste que no respetaran nuestro hogar sabiendo que eso está prohibido insistía Juan….
- Se los prohibí y le insistí que no, además es la primera vez que lo hacen, no debes enojarte.
Juan entonces entró en cólera se recordó, que hacía unos meses había ocurrido un episodio similar y sus hijos habían jurado que no se repetiría.
-Bueno ahora sí me han hecho enojar, por esta gran contradicción cómo vas a decir que es la primera vez si hace meses ya ocurrió un evento similar… esto es una conducta que ya tienen tus amigos, no me gusta que fumen marihuana; pero lo mas grave es que no nos gusta que mientan ni a mí ni a tu madre, en este hogar las mentiras las dejamos a un lado…. Van a ser castigados no solamente por el porro que hemos encontrado; sino por habernos mentido… sus contradicciones en la respuesta lo delatan, ustedes son cómplices de esa conducta de los amigos… serán castigados con el peor de todos los castigos que se le puede poner a un adolescente: ¡ voy a retirar la puerta de su habitación! a partir de ahora vamos a ver, escuchar y oler todo lo que hagan en su cuarto con sus amigos no más privacidad hasta que vuelvan a demostrar que son dignos de tener confianza en ustedes ya no se van a contradecir nuestros principios y valores, no más mentiras en esta familia.