A menudo suelo preguntarme cosas como ¿Por qué nos cuesta tanto ver la realidad de forma clara? Bueno, sé bien que la realidad como tal es un concepto complejo y abstracto que puede resultar difícil de comprender y asimilar de manera clara por todos y que es muy susceptible de subjetividad en la mayoría de los temas existenciales. Pero entonces...
¿La realidad es una quimera?
Podríamos pensar que sí, pero aún si elegimos pensar que la realidad en general es una sola y debemos aceptarla, deberíamos entender que esto dependerá del contexto del que estemos hablando concretamente. Porque a nivel científico, la realidad debe entenderse de manera objetiva, pero en cuanto a temas existenciales puede y será entendida siempre de manera subjetiva.
Porque en todo esto, aunque se podría pensar que el ser humano tiene la capacidad innata de percibir y entender la realidad, la verdad es que solo percibimos fragmentos aislados de información aquí y allá; fragmentos que vamos conectando según diversos factores y limitaciones que nos definen como seres humanos.
O sea, lo que quiero decir con esto es que existen diferentes factores y limitaciones que muchas veces nos dificultan percibir la realidad de forma objetiva y concisa, aún en aquellos casos en los que la realidad es susceptible de analizarse objetivamente. Así que lo que queda claro en todo esto es que no podemos confiarnos de nuestros sentidos en este respecto.
Si lo hiciéramos, cometeríamos el error Aristotélico de pensar que el sol sale por la mañana y se oculta por la noche, cuando en realidad es la Tierra la que rota y ello determina los ciclos del día y de la noche en el mundo.
¿Pero qué influencia nuestra visión de la realidad?
En primer lugar, nuestra visión de la realidad está influenciada por nuestras experiencias previas, creencias y perspectivas individuales. O sea, cada persona tiene un conjunto único de experiencias y valores que moldean su forma de ver el mundo, y estas percepciones subjetivas pueden sesgar nuestra interpretación de los hechos y distorsionar la realidad.
Además, vivimos en un mundo con una sobreabundancia de información y desinformación, lo cual dificulta separar los hechos de las interpretaciones y opiniones. La era digital con sus redes sociales y medios tecnológicos ha ampliado aún más esta problemática, ya que podemos acceder a una amplia variedad de fuentes de información, muchas veces con sesgos y discursos manipulativos. Esta sobreexposición a la información puede nublar nuestra capacidad de ver la realidad de forma clara y objetiva, y esto es un verdadero problema en tal sentido, por muchas más razones de las que me podría alcanzar a explicar en este post.
Otro factor que contribuye a nuestra dificultad para ver la realidad de forma clara es nuestra tendencia a buscar la confirmación de nuestras propias creencias. Esto se conoce como sesgo de confirmación y nos lleva a buscar información y evidencia que apoye nuestras opiniones preexistentes, mientras ignoramos o rechazamos todo aquello que las contradiga. Este sesgo nos limita y nos impide ver la realidad en su totalidad y nos conduce a las falacias argumentales de manera inconsciente.
El papel de la emociones en la percepción de la realidad
Adicionalmente, nuestras emociones también desempeñan un papel importante en nuestra percepción de la realidad. Me explico, las emociones pueden influir en cómo interpretamos los eventos y por ello pueden alterar nuestra perspectiva de la realidad. Entonces, en momentos de miedo, ira o tristeza, nuestras percepciones pueden verse distorsionadas o alteradas y por ello nos resulta más difícil ver la realidad de forma clara y objetiva.
Es por ello que el control de nuestras emociones es tan importante a fin de enfrentar situaciones de cualquier tipo, pero especialmente en los casos de situaciones de riesgo, porque al hacer una buena gestión de nuestras emociones podremos percibir de manera más certera y objetiva las situaciones, lo que nos conducirá a responder mejor ante las mismas.
La falta de atención plena, las distracciones y las limitaciones cognitivas
Ahora, la falta de atención plena y la distracción constante también nos impiden ver la realidad de manera clara. Ante esto hay que recordar que vivimos en una sociedad acelerada y multitarea, donde constantemente somos bombardeados por notificaciones, correos electrónicos y mensajes que nos roban la atención y nos sacan de nuestro centro. Estas distracciones nos alejan de la realidad presente, impidiendo que tengamos un contacto real y pleno con el mundo que nos rodea.
Pero también, el ser humano tiene limitaciones cognitivas inherentes, como la falta de capacidad para procesar toda la información disponible o el hecho de que nuestra memoria sea selectiva y sujeta a olvidos. Y estas limitaciones nos llevan a realizar generalizaciones, distorsiones y omisiones en nuestra percepción de la realidad, y esto sucede de manera inconsciente y muchas veces constante.
En conclusión: La realidad es un tema extremadamente complejo de entender, y es algo muy difícil de ver con claridad para la mayoría de la gente
Porque el ser humano se enfrenta a múltiples obstáculos que dificultan su capacidad para ver la realidad de forma clara. Como ya mencioné, la influencia de nuestras experiencias y creencias, la sobreabundancia de información y desinformación, los sesgos de confirmación, nuestras propias emociones, la distracción constante y las limitaciones cognitivas, son solo algunos de los factores que contribuyen a esta dificultad.
Sin embargo, reconocer y ser conscientes de estas limitaciones nos puede ayudar a acercarnos a una comprensión más objetiva y certera de la realidad, una que nos llevará a enfrentar mejor las situaciones y problemas que se nos presentan en el día a día. No hay una sola realidad objetiva, es la verdad, pero en cuanto entendamos todas las cosas que vician o sesgan nuestra capacidad para razonar, podremos entender mejor las situaciones que se nos presentan y resolver mejor los problemas del día a día.
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