Gracias por tan interesante y útil artículo, que difunde el cómo la soledad (deseada o no) es un factor muy importante para acarrear la ansiedad y la depresión. Pienso en mis compatriotas, los millones de migrantes, y en especial, en quienes se quedaron atrás, los más viejos. No es de extrañar de que tengan las almas rotas, y propicias a la más severa depresión.
Quizás, las videollamadas atenúen el problema, pero no hay con el abrazo afable y cálido, de la buena charla sentado en el sofá viéndose a las caras.
Espero que el tema que tocaste aquí sirva de mucho a muchos solitarios forzados.
Saludos.
Gracias por la visita amigo @janaveda. Hay un punto que menciono en el texto sobre lo demoledor que es sufrir situaciones como las que mencionas sin el apoyo cercano de familiares y amigos. Sin poder compartir el día a día con las personas más queridas. Soy hijo de emigrantes, nací en Suiza y viví el desgarro de mis padres por la ejanía de sus seres más queridos.
Si esta publicación le puede servir a alguien, como mencionas, esa sería una recompensa muy hermosa.
Un abrazo muy grande @janaveda.