Aurora de mi corazón:
Expresar mis sentimientos no será fácil, el tiempo ha transcurrido y no te olvido, pero hoy me propongo decirte lo que nunca te dije.
A veces por egoísmo y otras porque nunca imagine que me faltaras. La verdad es que son muchas las ocasiones en que te tengo presente y recuerdo, como no te hicimos caso, cuando tenías toda la razón.
Cabezón como papa, muchas veces no di mi brazo a torcer, tu ausencia no se deja de sentir, más desde que también él se fue. Estamos seguros de que se fue a buscarte, que no supo vivir sin ti. A veces me sorprende este pensamiento, cuando recuerdo como peleabas con él, pero tenías razón y él se lograba imponer solo porque tú cedías impulsada por el amor.
Tu amor que logró mantenernos unidos durante toda la vida y aun después. Con silencio y sacrificio lograste tanto como nosotros sudando y trabajando, claro, tú trabajabas el doble y nosotros no nos dábamos cuenta.
En la maleta me traje varios de tus retratos, aunque no necesito mirarlos para tener tu imagen presente, por ti le puse Aurora a mi emprendimiento y cada vez que hago cuentas me acuerdo de ti.
Ya no conservo aquellos trajes que cosiste para mí, ni siquiera las corbatas que con tanta destreza improvisaste. Tampoco están los pijamas que le hicieras a tu nieto con mis camisas viejas, bueno, tu nieto creció y es más alto que yo, se parece a su madre y a su tío Ramón, aunque en la estatura no. Cuando lo veo me recuerda a aquellos primos tuyos, todos cejijuntos y velludos, pero calvos. En eso se llevó tus genes y luego de llevar el pelo largo, hoy luce brillante calva y tupida barba que le da ese aire de autoridad.
De tu nieta que lleva tu nombre, que te puedo decir, le enseñaste las letras y con ellas le inculcaste tu fe y el sentido de economía doméstica. Se ha convertido en la gestora de compras y hasta su hermano le delega esas funciones con frecuencia. Cazadora de ofertas le decimos en broma, pero la verdad, en eso, nos lleva ventaja.
No sé cómo ni cuando nos volveremos a ver, espero reconocerte en la eternidad, aunque en la incertidumbre del no saber. Quiero creer que llegada la hora del trance, es la madre la que nos viene a buscar.
Hasta la vista. Te sigo extrañando.
[Aurora, mi madre. retratada por mi padre en 1950]
Esta carta que no sé si se dirige al pasado o al futuro, una carta sin tiempo. Como si fuera la eternidad, todo presente. Les dejo un credo en las palabras de un gran poeta que un día le leía por teléfono a la que se volvió mi compañera y esposa.
Solo le dejo el enlace para no abusar ocupando tanto espacio, pero en él pueden disfrutar del poema de José María Gabriel y Galán. El Ama:
Yo aprendí en el hogar en qué se funda
la dicha más perfecta,
y para hacerla mía
quise yo ser como mi padre era
y busqué una mujer …
https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/castellanas--0/html/fee66158-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html
Gracias por su lectura.
Una conversa acumulada... Gracias por compartir!!!
Una vida entera en 500 palabras. Gracias por leer y comentar.