Era una materia pendiente, pero ya ves que el cuerpo pone un límite y lo alcancé en Septiembre del año pasado, tomando cartas en el asunto.
Con la vuelta a la piscina, cerraremos el ciclo de mal comportamiento auto-infligido.
Es la tercera vez (y espero, última) en que regresamos a nuestra rutina en el agua. Espero ser constante.
Saludos y abrazo!