Lo que le pasaba era que había caído en un estado depresivo con cambios explosivos de humor, sobre todo mucha ira. Se molestaba sin ningún motivo con sus familiares o personas allegadas, podía vociferar hasta llegar a hacer comentarios muy hirientes y luego se refugiaba en su habitación pasando el cerrojo para que no lo molestaran. Podía pasar todo el día acostado en su cama en un estado de tristeza profunda y en la mayoría de los casos llorando. Me dijo que no podía seguir así, que no sabía cuál era el motivo de tanta rabia y tristeza al mismo tiempo, que le hacía daño a sus padres que se preocupaban por él.
Me informo que siempre había vivido con sus padres y hermana menor, que en casa los padres nunca habían tenido conflictos. La infancia la recordaba con mucha felicidad, nunca hubo episodios que lo hubiese marcado emocionalmente.
Al preguntarle con quien vivió su papá de niño, me comento que fue criado por diferentes familiares y que tuvo que trabajar desde muy niño y recibió muchos maltratos. Le pregunte que deseaba él de su papá y contesto que fuese más cariñoso, dijo que su papá se desvivía porque él tuviera todo lo que necesitaba y trabajaba mucho por su familia y su casa. Que era un buen hombre y lo respetaba y admiraba por ser quien era. Me dijo que siempre lo apoyaba en el deporte y cuando anotaba una carrera este gritaba “ese es mi hijo” con mucho orgullo desde las gradas.
Le conteste, “tu papá no tuvo un padre que le enseñara como es ser un buen papá, nadie le enseño a dar cariño ni a dar un abrazo, la vida solo le enseño que debía trabajar muy duro y él se esforzó porque sus hijos no pasaran por lo mismo que el paso, que tuvieran una mamá, una casa, educación, alimentación y sobre todo un papá. Esa fue su forma de demostrar su amor.
¿Cómo puede dar algo que no ha recibido?
Ese es el papá que te toco, acéptalo tal y cual es, él no va a cambiar, el que tiene que cambiar eres tú, tu forma de verlo. Tu papá te abraza y te demuestra su amor cada vez que te acompaña y hace barra en un juego, que grita consignas a tu favor.
Luego de estas palabras estuvo un rato en profundo silencio, le dije que si quería acercarse más a su padre quien debía dar el primer paso era el, la solución solo estaba en manos de él, pero antes tenía que sanar la gran rabia hacia su padre.
Hicimos un ejercicio de visualización, en donde honraba a su padre y abuelo; consistía en imaginar a su abuelo (el padre de su padre) y decir estas palabras en voz alta “abuelo toda esta rabia no me pertenece, la dejo contigo, solo tomo de ti lo que me hace bien, te doy gracias” luego hacer una reverencia a su abuelo.
Seguidamente visualizar a su padre frente a él y decir “papá tu eres el grande yo soy el pequeño, tomo todo de ti, te doy gracias por todo lo que me diste y lo que no me diste también, eres el padre que hay, te acepto tal y cual eres, te doy gracias por darme la vida, dejo contigo y con mi abuelo esta historia, dejo esta rabia que no es mía, pido tu permiso para hacerlo diferente” luego hace una reverencia. Y visualiza a su pare detrás de él, a su lado derecho y al abuelo detrás de su padre del lado derecho también.
Terminada la sesión me dijo que ya no se sentía triste y luego de un mes me informo que ya no tenía los arrebatos de rabia y que no había presentado episodios de depresión.
Este ejercicio de visualización trabaja en el subconsciente reparando y equilibrando las emociones heredadas de nuestros padres, (en este caso la rabia del abandono que sufrió el padre). A veces cargamos con maletas emocionales que no nos pertenecen, son energías heredadas de los ancestros, pero estas se deben tratar desde el subconsciente y desde la percepción de no juzgar lo que paso atrás.
Según la Medicina China existe una energía ancestral heredada como son las emociones que el niño percibe en el momento de la concepción, y que estas son causa de enfermedades, por tanto, el factor emocional ancestral siempre se debe tratar en las patologías psíquicas.
Excelente
Nada es perfecto, nosotros como hijos no comprendemos muchas veces los sacrificios que nuestros padres hacen por nosotros, hasta que estamos en sus mismos zapatos. En ese momento es que aprendemos abrirnos, perdonar y perdonarnos. El amor de los padres hacia sus hijos es digno del cualquier sacrificio.
Excelente tu post.
Saludos.
asi es
Muy buen post! de mucho aprendizaje
Muy buen post, interesante para reflexionar y aprender, saludos @aurazusanli