El orden natural de las cosas incluye la existencia de una piedra preferida. La mía está en el corral de la casa grande de la calle de la Amargura. Sostiene las portadas.
El orden natural de las cosas incluye la existencia de una piedra preferida. La mía está en el corral de la casa grande de la calle de la Amargura. Sostiene las portadas.
Hay nombres que son definitivos. Viví una temporada en la calle del Calvario, y luego en la del Humilladero, aunque luego me redimí y pasé a Mediodía Grande, siempre con una piedra en el bolsillo que no sirve para nada, pero me gusta porque me baja a la tierra cuando hay que hacerlo.