Estábamos mi amiga y yo en el Tele-Club del pueblo de al lado, y como esa noche lo atendía un vecino con un físico inspirador, mi amiga gravitó y escribió en una servilleta unos versos que parecían las experiencias de algún sabio griego desconocido para la historia, cruzados con Gloria Fuertes de pequeña en Lavapiés, el barrio de Madrid donde nació. Le dije que eran buenos, que habría que enviarlos a alguna editorial enrollada con la cultura, pero que, según me habían contado, antes era necesario:
Escribir como si hablaras con un amigo
no demasiado amigo,
es decir,
midiendo cada palabra,
que se note que has leído al menos
Moby Dick,
dejar el instante sin asomarte a él, hacer
como que pasabas por ahí
de pura casualidad,
acordarte a veces del pasado
y ponerle una bufanda marrón
con notas de verde musgo,
no sucumbir a la frivolidad
de parecer un niño frente al adulto,
seriedad,
no jugar en los charcos y esconder
tu piedra preferida,
la que siempre va contigo
para que puedas tropezar.
Mucho sería pedirte que fueras varón,
amiga,
pero sí que es conveniente
que firmes con el nombre del vecino,
de tu hermano o tu marido,
o te inventes uno guapo,
aunque puede que digas
que a ti qué te importa eso,
que es mejor, en un momento dado,
ser que estar
digerida.
Voy a por otra ronda,
que tengo ya
la boca seca.
Pero qué bueno que está ese tío.
La pintura es de Picasso “Dos mujeres en el bar”, tomada de:
http://peglez.blogspot.com.es/2012/11/normal-0-21-false-false-false_16.html
Lo que más me gustó fue el último verso; bajar a la realidad más placentera.
Sí señor, lo has pillado, me parto de risa, donde esté la realidad más placentera, que se quite lo demás.
Leyéndote, no puedo evitar en pensar en algo que después de todo, nos une a hombres y mujeres: la frivolidad. ¿Por qué será que siempre la belleza es ese dulce veneno que nos entra por los ojos?. Pero claro, somos humanos y a nadie le amarga un ferrero roché.
Como Jano, la frivolidad tiene dos caras, me quedo con el lado de la moneda del que piensa en el aspecto divertido o lúdico de la vida. El último verso es recordar que vivir es siempre ahora, que las cosas tienen la importancia que merecen, no más, y que una conversación en la barra de un bar vale más, a veces, que una conferencia del que manda en la RAE :D
Por supuesto, el lado lúdico siempre tiene esa pimienta tan necesaria de la que también es conveniente nutrirse y las barras del bar, no sólo ofrecen momentos de necesario esparcimiento sino que también generan más endorfinas que cualquier pastilla de la felicidad que te pueda recomendar un psicólogo. Imagino que por esos motivos, en muchos lugares, como tuve ocasión de ver en octubre den Santillana del Mar, a algunos sitios se les llama 'Salón o Casa del Tiempo'. Jano seguro que estaría encantado en uno de ellos.
Si existe la complicidad con nuestro yo, siempre surgirá la escritura perfecta. No importa si ebria o sobria, que mas da. Me encantó el escrito, el breve relato, y las ganas. Ojalá y llegue a su destino sería placentero no te parece? Un abrazo
No sé, si la conozco tan bien como creo, me parece que no es ahí a donde quiere llegar. Un abrazo, Carolina, y gracias, por tu complicidad.
Quiero ir al teleclub, y recibir alguno de tus consejos...me gustó mucho. Pero me gustaria escribir mi nombre jeje. Un abrazo
Nos aconsejaríamos mutuamente para no hacernos ni caso, pero seguro que nos reíamos un montón. Abrazos, Zully.
El orden natural de las cosas incluye la existencia de una piedra preferida. La mía está en el corral de la casa grande de la calle de la Amargura. Sostiene las portadas.
Hay nombres que son definitivos. Viví una temporada en la calle del Calvario, y luego en la del Humilladero, aunque luego me redimí y pasé a Mediodía Grande, siempre con una piedra en el bolsillo que no sirve para nada, pero me gusta porque me baja a la tierra cuando hay que hacerlo.
hola amiga excelente como siempre muy bonita historia de las amiga en el club. y linda pintura
Gracias, Nella, un saludo.
"Tu piedra preferida, la que siempre va contigo para que puedas tropezar. El relato está muy bueno, me llamo mucho la atención este párrafo. Me gusta como escribes.
Gracias, Mariq, ya nos leemos, tus historias son siempre interesantes.
jaja me ha gustado , pero he entrado por lo del Tele-Club hacía años que no lo oía y me traslado a mis catorce abriles jeje
Ah, pues los hay, los hay, y que no falten :D
si eran muy amenos
Que continue esta serendipia entre nuestros post!