INFUSIONA LA VERDAD
Después del agua, el té es la segunda bebida más consumida del planeta. Pero, aunque numerosos ensayos médicos, fabricantes de té, y sí, hasta las revistas, elogian los numerosos beneficios para la salud de este tipo de infusiones, no todas las alabanzas cuentan con una base científica sólida. Ésta es la verdad sobre las tres principales variedades de té..
TE NEGRO. Disminuye los picos de azúcar en la sangre que se producen tras las comidas, lo que significa que el cuerpo almacena menos hidratos de carbono en forma de grasas. Pero hay pruebas científicas contradictorias sobre la publicitada afirmación de que el té negro protege de las enfermedades del corazón.
TE VERDE. Se extrae de la misma planta que el negro, pero la hoja está menos manipulada y, por tanto, contiene más antioxidantes. Diversos estudios confirman la relación entre el consumo de té verde y una menor propensión a sufrir enfermedades cardíacas, pero también se apunta a que puede elevar la tensión arterial. Respecto al cáncer, es necesario realizar más ensayos para determinar si puede reducir el riesgo de desarrollarlo.
ROOIBOS, TE ROJOS. Sólo se cultiva en Sudáfrica. contiene una elevada concentración de antioxidantes, y varios experimentos realizados en animales sugieren que podría ejercer efectos positivos sobre la salud aunque no se han realizado estudios a gran escala que lo confirmen.
UNA BUENA DIGESTIÓN
Existen numerosos consejos específicos según el motivo por el que tú estómago no digiera bien los alimentos; he aquí algunos consejos generales para cualquier estómago especialmente sensible. La primera regla es come con tranquilidad, desterrando las tensiones y la ansiedad de la mesa. Mastica bien y bebe a pequeños sorbos. evita tomar alimentos o bebidas demasiado frías ni demasiado calientes. Además, te aconsejo que distribuyas tu alimentación diaria en seis u ocho comidas pequeñas y ligeras. El número de calorías ha de ser el correcto, ya que debe evitarse tanto el exceso de peso como su pérdida. Otra regla importante es evitar el alcohol, el tabaco, la cafeína y las bebidas gaseosas. Y, por último, toma poca carne, preferentemente magra, cocida o rehogada. debes evitar las carnes grasas o fritas. Y por último, prohibido los embutidos y las conservas.