Maestra dígame la verdad, ¿existe el niño Jesús?

Parecía ser una tarde como todas las demás, ya se acercaba la hora de dar la clase al grupo de niños de 3er grado, me dispuse hacer algo diferente, daría la clase en un patio rodeada de árboles para recibir una brisa fresca y todos nos sintiéramos más relajados.

De pronto un grupo de niños se acerco bruscamente, tenían rostros con rasgos de enfado, brazos cruzados, algo los atormentaba.

Una niña me hablo con tono de voz fuerte y me hizo una pregunta, era la líder del grupo, astuta, tremenda, alta y popular en el colegio. Me dijo “profesora queremos hacerle una pregunta, pero queremos que nos conteste con la verdad, sé que nos dirá la verdad porque confiamos en usted”.

En un instante fui rodeada por aquel grupo y todos hicieron silencio, jamás me imagine lo que querían saber pero yo estaba dispuesta a responder con toda sinceridad.

Continuó la niña diciendo, “todos estamos confundidos, unos dicen que el niño Jesús no existe, que es una mentira de nuestros padres, que nos han engañado otros que sí existe, yo creo que sí existe.” (Niño Jesús personaje de la navidad Venezolana, que deja obsequios en la noche de navidad, similar al de Santa Claus).

Usted Díganos la verdad, ¿Existe o no existe?

En ese momento yo quería que me tragara la tierra, todo se puso en cámara lenta, trague grueso y veía como todos los niños empezaron a intercambiar opiniones y me decían díganos la verdad, queremos la verdad.

Respire profundo y pedí ayuda a Dios e iluminación para responder, luego me llene de ternura al ver tanta inocencia frente a mí, niños tan inteligentes, curiosos, traviesos, pero que guardaban una inocencia en sus creencias.

Yo descubrí esa verdad a los 5 años, ¡ cómo era posible que en estos tiempos hubiera niños de más de 8 años sin conocerla¡.

Pero, que les iba a decir, que no existía, les diría la verdad que buscaban, como romper esa inocencia en un segundo, que autoridad tenía yo para hacerlo, si lo hacía seguro causaría una gran decepción y tristeza en ellos y sus padres me matarían al día siguiente, no podía hacer eso.

Entonces que haría les mentiría, defraudaría la confianza que pusieron en mí, los dejaría con la duda y la discordia entre los que creían y los que no. Esta fue una de las preguntas más difíciles que afronté como maestra; volvió el silencio y observe como sus ojos me miraban profunda y penetrantemente, el tiempo se hizo eterno.

De repente recordé las distintas religiones que convivían en mí país, así que les dije:

• Eso depende de que religión sea la familia de ustedes y en qué país se encuentren.
• Las familias católicas reciben al niño Jesús.
• Las familias evangélicas reciben regalos de sus padres.
• Las familias testigos de Jehová, también reciben obsequios de sus familiares.
• Hay familias en otros países que reciben a San Nicolás o Santa Claus.
• Así que va depender de la creencia de sus familias.

Todos se miraron entre sí y sonrieron con gestos de satisfacción, unos me abrazaron y agradecieron mis sinceridad, otros se decían entre ellos, “viste que sí existe, solo que viene a mi casa y a la tuya no.”

Con un nuevo respiro, agradecí a Dios por darme la mejor respuesta y con esto me despido si tienes en tus manos la posibilidad de mantener una ilusión consérvala, manifiesta respeto por las creencias de los demás y trata de llevar alegría, ojalá mi experiencia les sirva de algo.