En un principio te cuento que desde mi infancia sentí que algo se me escapaba, que pasaban cosas que no entendía, como si careciera de algún sentido. Al punto de intentar enterarme de lo que se trataba, pero solo lograba regaños por espiar las conversaciones de los adultos.
Hoy sé que se me escapaba, creo que tarde demasiado tiempo en entenderlo, crecí creyendo en un mundo sin matices, en bien y mal.
Posiblemente, aun en mi vejez, sea un inmaduro emocional.
Pero los problemas no se presentaron hasta después de la edad adulta, y a pesar de haber superado muchos de ellos, hay episodios que no he compartido con nadie, ni siquiera con mi terapeuta.
Las viejas heridas y las gripes mal curadas regresan para hacernos pasar malos ratos, por lo que lo primero que te quiero decir, es que en los momentos críticos, acudí al especialista más calificado a mi alcance, el psiquiatra.
Y la verdad siempre logro ponerme en funcionamiento en poco tiempo, pero el malestar no termina de irse totalmente nunca.
Después de mi última crisis, hace varias décadas, que me gano una estancia de varias semanas bajo observación de psiquiatras y psicólogos, en que inclusive llegue a lucir la chaqueta de mangas largas y correas a la espalda, para volver al cotidiano vivir con un diagnóstico y una pastilla de por vida.
Este suceso y la muerte de uno de mis cuñados, más joven que yo, me llevo a la decisión de cambiar mi vida.
Rompí con mi trabajo del momento y elegí emprender cosas muy diferentes, que no todas resultaron bien, a la vez que intente encontrar a Dios.
Católico no convencido, en la juventud exploré el hinduismo y el yoga sin que me llegara a atraer lo suficiente, me aleje durante años, salvo algunas lecturas de temas espirituales.
A lo largo de mi vida he disfrutado de la lectura como un gran entretenimiento y entre muchas novelas, también he leído algunos libros de espiritualidad y autoayuda. Buenos, muy buenos y no tanto, aunque no coincidamos en nuestro criterio.
En cierto momento que, visto en retrospectiva, navegaba por aguas turbulentas y peligrosas, me tropecé con un libro de Og Mandino (muy famoso entonces), creo que llegue a leer unos 10 de sus libros, al tiempo que un día conversando con un colega, conocí una organización donde muy posiblemente este autor encontrara su inspiración.
Leí varios de sus libros y aprendí mucho, por lo que nuestra amistad se estrechó, pero no era mi lugar.
Me refiero a Alcohólicos Anónimos y el Libro Azul, con sus doce pasos y tradiciones. Un compendio de sabiduría práctica aplicada a un problema concreto, que algunos han adaptado a otros parecidos, pero en ese momento, yo no logre aplicarlo a mi adicción al cigarrillo.
Me llevaría muchos años lograrlo, mi camino fue otro y continuando con mi búsqueda, estuve durante varios estudiando la Biblia con Los Testigos de Jehová, pero su dogmática termino por alejarme de ellos, les agradezco lo aprendido, aunque más que estudiar la Biblia, su intención es imponer su punto de vista para luego someter al converso a su disciplina sectaria.
Recuerdo con cariño al anciano maestro tratando de convencerme de que no leyera más que la Biblia y la literatura de su organización, y su molestia cuando confrontaba las diferencias entre su versión de la Biblia y la que yo tenía heredada de mi padre (Nacar, Colunga).
Durante esos años leí: Un Curso De Milagros, varios libros de psicología transpersonal, Mario Assagioli, Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Neville Goddard y mucho más. Creo que de todos aprendí algo y aunque sigo buscando a ese padre silencioso al que Jesús nos enseñó a orar.
Ya no me angustia su aparente indiferencia, no peleo, ni le reto o increpo. No hay respuesta, salvo que uno quiera ver o imaginar un destino superior, un punto Omega, como lo describió Pierre Teilhard de Chardin en sus libros.
Complicado, difíciles de digerir, quizás por eso la iglesia católica permitió que se publicaran.
En la actualidad leo algo de Cábala y ciencia ficción, veo películas de acción donde maten a los malos y aunque a veces me deprima, me sienta triste o enojado sin razón aparente, me lo tomo con calma, porque sé qué pasara pronto.
Sobre todo trato de no perturbar a mi familia y conectar cuanto antes con la alegría de vivir, sin importar los males, las enfermedades o los achaques de viejo.
Cuando mi vaso se rebosa, a veces con la gota más insignificante, trato de no reaccionar, en especial no explotar hiriendo a alguien más y me pongo a pensar, meditar si es necesario, sobre lo que está sucediendo en mi mente.
Todo sucede en la azotea, así que camino para que le dé el aire y se ventilen los pensamientos turbios.
Creo que fue una pena no haber aprendido a cantar o bailar, a pesar de lo cual lo hago cuando se presenta la oportunidad.
Escribo esta publicación para la comunidad #Holus&Lotos a instancias de @janaveda, siguiendo la convocatoria sobre el tema Depresión. Cumpliendo con las normas me complace invitar a participar a @isauris y @sofiaquino98
Day 17. Among the Dark Nights of the Soul
At the beginning I tell you that since my childhood I felt that something was escaping me, that things were happening that I didn't understand, as if it lacked any sense. To the point of trying to find out what it was about, but I only got scolded for spying on the conversations of adults.
Today I know that it was escaping me, I think it took me too long to understand it, I grew up believing in a world without nuances, in good and bad.
Possibly, even in my old age, I am emotionally immature.
But the problems did not appear until after adulthood, and despite having overcome many of them, there are episodes that I have not shared with anyone, not even with my therapist.
Old wounds and poorly cured flu come back to make us have a bad time, so the first thing I want to tell you is that in critical moments, I went to the most qualified specialist available to me, the psychiatrist.
And the truth is that I always manage to get back on track in a short time, but the discomfort never completely goes away. After my last crisis, several decades ago, I spent several weeks under observation by psychiatrists and psychologists, where I even wore a long-sleeved jacket with straps on my back, to return to the daily routine of living with a diagnosis and a pill for life.
This event and the death of one of my brothers-in-law, younger than me, led me to the decision to change my life.
I broke with my current job and chose to undertake very different things, which did not all turn out well, while trying to find God.
Not a convinced Catholic, in my youth I explored Hinduism and yoga without being attracted enough by them, I stayed away for years, except for some readings on spiritual topics.
Throughout my life I have enjoyed reading as a great entertainment and among many novels, I have also read some books on spirituality and self-help. Good, very good and not so good, although we do not agree on our criteria.
At one point, when I was, in retrospect, sailing through turbulent and dangerous waters, I came across a book by Og Mandino (very famous at the time). I think I read about 10 of his books. At the same time, while talking to a colleague one day, I found out about an organization where this author most likely found his inspiration.
I read several of his books and learned a lot, so our friendship became closer, but it was not my place.
I am referring to Alcoholics Anonymous and the Blue Book, with its twelve steps and traditions. A compendium of practical wisdom applied to a specific problem, which some have adapted to other similar ones, but at that time, I was not able to apply it to my cigarette addiction.
It would take me many years to achieve it, my path was another and continuing with my search, I spent several years studying the Bible with Jehovah's Witnesses, but their dogmatics ended up distancing me from them, I thank them for what I learned, although more than studying the Bible, their intention is to impose their point of view and then subject the convert to their sectarian discipline.
I fondly remember the old teacher trying to convince me not to read anything but the Bible and the literature of his organization, and his annoyance when he confronted the differences between his version of the Bible and the one I had inherited from my father (Nacar, Colunga).
During those years I read: A Course in Miracles, several books on transpersonal psychology, Mario Assagioli, Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Neville Goddard and much more. I think that I all learned something and although I continue looking for that silent father to whom Jesus taught us to pray.
I am no longer distressed by his apparent indifference, I do not fight, nor challenge or rebuke him. There is no answer, unless one wants to see or imagine a higher destiny, an Omega point, as described by Pierre Teilhard de Chardin in his books.
Complicated, difficult to digest, perhaps that is why the Catholic Church allowed them to be published.
Nowadays I read some Kabbalah and science fiction, I watch action movies where the bad guys are killed and even though sometimes I get depressed, sad or angry for no apparent reason, I take it easy, because I know what will happen soon.
Above all, I try not to disturb my family and connect as soon as possible with the joy of living, regardless of the evils, illnesses or ailments of old age.
When my glass overflows, sometimes with the smallest drop, I try not to react, especially not to explode by hurting someone else and I start to think, meditate if necessary, on what is happening in my mind.
Everything happens on the roof, so I walk to get some air and ventilate the murky thoughts.
I think it was a shame I didn't learn to sing or dance, but I do it when the opportunity presents itself.
I am writing this post for the #Holus&Lotos community at the request of @janaveda, following the call on the topic of Depression. In compliance with the rules, I am pleased to invite @isauris and @sofiaquino98 to participate.
Photos of my property edited to illustrate the text I wrote in Spanish and transcribed into English using Google Translate.
Este post ha sido votado y curado por el equipo Hive Argentina | Participa en nuestro Trail de curación.
Agradecido.
Hola, Félix
Me alegra que hayas animado en participar en esta interesante iniciativa. Eres muy afortunado por haber escapado de las garras de una secta. Y que en tu caminar, el aire fresco entra en tu azotea.
Ten un excelente día, lleno de paz y armonía.
En realidad, nunca me atraparon. Aunque en algún momento pensaron que ya me tenían.
Decidí cortar amablemente la relación. En ese momento vi el sectarismo en acción y como ya no me saludaban. Algo risible para mí, pero una tragedia para los que han vivido en sus garras y un día deciden salirse.
También suceden situaciones similares en los partidos políticos y otras organizaciones, pero dejemos eso para otra ocasión.
Que genial que puedas expresarte y contar tus vivencias y las tormentas que te abruman de vez en cuando y como lo sobrellevas con altura. En mayor o menor medida, todos tenemos vicisitudes en la vida y como no venimos con un libro que nos guía, debemos buscarlo incansablemente. Algunos no lo precisan, otros poco y nada. Lo cierto es y esto lo digo con todo el respeto que le tengo, es que debemos buscar hacia adentro. Creo, modestamente, que las respuestas las tenemos nosotros y solo debemos conocernos, y buscar en nuestro interior, dichas respuestas. Soy de los que piensan, de que nada es casualidad, sino causalidad. Debemos buscar esas causas e intentar sanarlas.
Fuerte abrazo.
No estoy calificado para diagnosticarme sano, pero al parecer ando funcionando aceptablemente.
A veces nos enredamos sin necesidad, pero lo que cuenta es salir bien librado.
Un abrazo fuerte.
(Hoy solo camine 1 hora, pero con mejor rendimiento. 🏃)
Saludos amigo estaba leyendo tu post, me llamo la atención está línea, pero el malestar no termina de irse totalmente, no se ha ido por qué tú no lo dejas ir, en nosotros está la decisión de lo que queremos hacer, quien maneja tu mente tu, tu eres lo que quieres ser.
Yo también he tenido luchas conmigo misma,me vienen miles de pensamientos a la mente, la diferencia que está vez no lucho sola por qué soy débil, pero ahora tengo alguien que me ayuda, es un poder sobrenatural llamado Espíritu Santo, ese si que es el mejor psicólogo y psiquiatra. Por qué la biblia dice en filipenses 4:13, todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Le pido que tome control de mi mente con fé y asi lo hace, todo es cuestión de creer. A mí particularmente me ha hecho efecto. Vivo feliz y cuando tengo alguna dificultad mental, solo acudo a El un El me oye y me responde. Me encantó leerte. Bendiciones amigo