Imagen de mi autoría generada con AI Piclumen.comMateo corría. Tres días sin dormir, tres días sin parar, tres días sin agotarse.
Al principio pensó que era la adrenalina, pero ya no. Su cuerpo no se cansaba.
Todo comenzó con un implante de carga cinética, una tecnología diseñada para generar electricidad con el movimiento. Se suponía que serviría para cargar celulares, relojes, cosas pequeñas. Pero en su caso… algo salió mal. O salió demasiado bien.
El chip no solo generaba energía, sino que se la devolvía. Cada paso lo hacía más fuerte en lugar de agotarlo. Sentía su cuerpo lleno de energía física pura, como si cada músculo estuviera en su punto máximo de rendimiento. No importaba cuánto corriera, nunca perdía el aire, nunca sentía dolor.
Ahora lo estaban persiguiendo. Tipos con trajes negros, drones, un camión blindado. Lo querían capturar, estudiar, desarmar.
¡Sabemos lo que tienes, Mateo!
Saltó un muro, rodó sobre el techo de una combi y aterrizó en la calle sin esfuerzo. Como si la gravedad no pesara igual sobre él. Sus músculos vibraban con energía pura, listos para seguir.
Los tipos venían tras él. Eran muchos. No tenía dónde escapar.
Por primera vez, dejó de correr.
Cerró los ojos. Sintió la vibración en sus músculos, la presión en sus venas. Su cuerpo era un reactor de pura energía física.
Cuando el primer soldado se lanzó contra él, Mateo se movió antes de que disparara. Su puño lo golpeó como un camión. Otro lo atacó por la espalda y Mateo giró sobre sí mismo, sintiendo cómo la fuerza fluía en cada movimiento.
Más rápidos, más fuertes, pero no más que él.
Uno tras otro, los hombres cayeron. El camión intentó embestirlo. Mateo corrió hacia él. No lo esquivó. No lo evitó. Lo enfrentó.
Golpeó el capó con toda la energía acumulada en su cuerpo. El metal se dobló como papel.
El silencio cayó sobre la calle. Solo quedaba él, de pie, respirando hondo, sin una gota de cansancio.
El último hombre con traje negro lo miró con los ojos abiertos.
¿Qué eres?
Mateo apretó los puños. Miró el camino abierto frente a él. Mientras siguiera moviéndose, seguiría siendo invencible.
Aún no lo sé, respondió, pero no pienso detenerme.
Y siguió corriendo.
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí.
El que me hayas leído significa mucho para mí y espero de corazón que hayas disfrutado cada palabra.
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🇬🇧 English Version
Image of my own, generated with AI Piclumen.comMateo ran. Three days without sleep, three days without stopping, three days without exhaustion. At first, he thought it was the adrenaline, but not anymore. His body wouldn't tire. It all started with a kinetic charge implant, a technology designed to generate electricity with movement. It was supposed to charge cell phones, watches, small things. But in his case... something went wrong. Or it went too right. The chip not only generated energy, it gave it back to him. Every step made him stronger instead of exhausting him. His body felt filled with pure physical energy, as if every muscle was at its peak performance. No matter how hard he ran, he never lost his breath, never felt pain. Now they were chasing him. Men in black suits, drones, an armored truck. They wanted to capture him, study him, disarm him. We know what you're up to, Mateo! He leaped over a wall, rolled onto the roof of a minivan, and landed on the street effortlessly. As if gravity didn't weigh on him as much. His muscles thrummed with pure energy, ready to keep going. The men were coming after him. There were so many of them. He had nowhere to run. For the first time, he stopped running. He closed his eyes. He felt the vibration in his muscles, the pressure in his veins. His body was a reactor of pure physical energy. When the first soldier lunged at him, Mateo moved before he could fire. His fist hit him like a truck. Another attacked him from behind, and Mateo spun around, feeling the force flow with every movement. Faster, stronger, but no more than him. One after another, the men fell. The truck tried to ram him. Mateo ran toward it. He didn't dodge it. He didn't avoid it. He faced it. He slammed the hood with all the pent-up energy in his body. The metal buckled like paper. Silence fell over the street. Only he remained, standing, breathing deeply, not a drop of fatigue. The last man in a black suit stared at him, his eyes wide open. What are you? Mateo clenched his fists. He stared at the open road in front of him. As long as he kept moving, he would remain invincible. I don't know yet, he replied, but I'm not going to stop. And he kept running. Thank you so much for making it this far. Your reading means a lot to me, and I sincerely hope you enjoyed every word. If you'd like to contribute to this content, I invite: @silveiragca82 @ungrancuento @alicia2022
Saludos, el pobre Mateo, estaba siendo perseguido, por gente que no sabía lo que él era, y lo más cumbre, es qué él tan poco tenía consciencia de su verdadera condición.
El cuento, nos muestra una de las realidades más crueles de nuestra sociedad, que es la de perseguir, destruir y aislar, aquello que no se conoce, que no se entiende y que no se controla.
Interesante, la forma de reflejar uno de los males de nuestra sociedad.
Mis saludos.
Tal cual mi amigo, el temor a lo desconocido es una de las peores situaciones a las que se enfrenta el ser, y cuando digo a las peores me refiero a la actitud de defensa destructiva que se asume ante ellas.
Gracias por leerme, saludos
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Necesito ahorita de toda esa energia jajajajaja...
Excelente escrito. Me gustó!!
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Gracias Ali, me encanta que te haya gustado, y alli te mando toda la energía de Mateo.
Un fuerte abrazo.
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