Imagen de mi autoría generada con AI Piclumen.comCuando Martín sacó la primera pieza del horno, pensó que había hecho algo mal. El vidrio era... raro. No reflejaba nada. Ni la luz, ni su cara, ni el taller. Era como mirar un hueco negro en la nada.
Intentó ponerlo contra una lámpara, pero la luz no lo atravesaba. Lo golpeó suavemente con una llave inglesa. Sonaba sólido. Demasiado sólido.
Debe ser un error en la mezcla, murmuró, pero no recordaba haber cambiado nada en la receta del vidrio.
Excepto...
Miró la mesa de trabajo. A un costado aún tenía restos del silicium negro, un nuevo material que su proveedor le había regalado para probar. Se suponía que mejoraba la resistencia del vidrio sin alterar su transparencia, pero claramente algo había salido mal.
Decidió usarlo de todas formas. Su cliente quería un ventanal nuevo para su casa, y si el tipo no se daba cuenta de que no reflejaba nada, mejor para él.
El problema empezó cuando instaló la primera hoja en la puerta trasera. Al día siguiente, el cliente lo llamó, furioso.
¿Qué clase de broma es esta? ¡La puerta ya no tiene salida!
Martín no entendía. Fue a revisar. La puerta estaba ahí, con su nuevo vidrio... pero al otro lado no se veía el jardín, ni la calle. Nada. Solo vacío.
Golpeó el cristal con los nudillos. Parecía estar ahí, pero algo le erizó la piel: si pegaba la oreja, no escuchaba nada del otro lado. Ni el viento, ni autos, ni pájaros. ¡NADA!
El cliente intentó abrir la puerta y al instante, sintieron un tirón extraño en el estómago, como cuando el avión despega demasiado rápido. Martín gritó y cerró de golpe.
¿Qué caraj... fue eso?
El cliente temblaba. Miraron la puerta de nuevo. Algo se había ido. No sabían qué, pero algo faltaba.
Martín corrió al taller, rompió el molde, revisó la mezcla.
¿Qué había hecho? ¿Era culpa del silicium negro?
Con el corazón golpeándole en el pecho, tomó su teléfono para tomarse una foto. Levantó la cámara, enfocó y...
Ahí estaba, su reflejo seguía en la pantalla, con los ojos abiertos de par en par. Pero había algo más...
Detrás de él, en el vidrio negro que aún tenía sobre la mesa, una figura idéntica a él lo observaba sonriendo mientras levantaba la mano para tocar el cristal.
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí.
El que me hayas leído significa mucho para mí y espero de corazón que hayas disfrutado cada palabra.
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🇬🇧 English Version
Image of my own, generated with AI from Piclumen.comWhen Martín took the first piece out of the kiln, he thought he'd done something wrong. The glass was... weird. It didn't reflect anything. Not the light, not his face, not the workshop. It was like looking into a black hole in nothingness. He tried holding it up to a lamp, but the light wouldn't pass through. He tapped it gently with a wrench. It sounded solid. Too solid. Except... He looked at the workbench. On one side, there were still traces of black silicon, a new material his supplier had given him to test. It was supposed to improve the glass's strength without altering its transparency, but clearly something had gone wrong. He decided to use it anyway. His client wanted a new window for his house, and if the guy couldn't tell it wasn't reflective at all, so much the better for him. The trouble started when he installed the first panel in the back door. The next day, the client called him, furious. What kind of joke is this? The door has no way out anymore! Martín didn't understand. He went to check. The door was there, with its new glass... but on the other side, he couldn't see the garden or the street. Nothing. Just emptiness. He rapped on the glass with his knuckles. It seemed to be there, but something made his skin crawl: if he put his ear to it, he couldn't hear anything on the other side. No wind, no cars, no birds. NOTHING! The customer tried to open the door and instantly felt a strange tug in their stomach, like when a plane takes off too fast. Martín screamed and slammed it shut. What the hell was that? The customer was trembling. They looked at the door again. Something was gone. They didn't know what, but something was missing. Martín ran to the garage, broke the mold, checked the mixture. What had he done? Was it the black silicon? With his heart pounding in his chest, he took out his phone to take a picture. He raised the camera, focused, and... There it was, his reflection still on the screen, his eyes wide open. But there was something else... Behind him, in the black glass still on the table, a figure identical to him watched him, smiling as he raised his hand to touch the glass. Thank you so much for coming this far. Your reading means a lot to me, and I sincerely hope you enjoyed every word. If you'd like to participate in this content, Do it here I invite: @silveiragca82 @ungrancuento @alicia2022
It must be a mistake in the mixing, he muttered, but he couldn't remember changing anything in the glass recipe.
Wow, that's a seriously creepy and mind-bending story. Martín's reflection appearing on the glass was a nice twist
In the end, everything had to go somewhere. It couldn't just disappear, but the question was, who would have it?
Thank you so much for reading. Best regards.